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Tyler Morning Telegraph - Galdámez brings church planting, education experience to Grace Español

Here are two articles written by Emily Guevara ( Twitter: @TMTEmily)  on our background and on  Grace Español .   Tyler Morning Telegraph...

Thursday, November 22, 2018

Día de Acción de Gracias

En los Estados Unidos celebramos hoy un día muy especial que llamámos Día de Acción de Gracias.
Para mi es uno de los días festivos favoritos no por la comida sino porque nos invita a pausar y dar gracias a Dios para todos sus beneficios para nosotros. También nos ayuda a entender que debemos estar contentos con lo que tenemos. El contentamiento es algo que hemos perdido debido al consumismo que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. El consumismo nos dice que necesitamos más aunque lo tengamos todo. Propaga la idea que mientras más tenemos, más felices seremos.
¿Cuál es el origen de  este día?
Casi cuatro cientos años atrás, en 1620 llegaron a Plymouth Massachusetts unos Puritanos conocidos como Peregrinos originarios de Inglaterra  que estaban de inmigrantes en Holanda. Ellos llegaron buscando vivir una vida pura y separada para Dios. Habían hecho un arduo viaje de 66 días en el barco El Mayflower. De los 102 pasajeros, solo 53 sobrevivieron el primer año debido a las condiciones severas del clima y la falta de sustento. Squanto,  el único que quedó de la tribu Patuxet que había aprendido Inglés cuando había sido prisionero en Inglaterra, les enseño a plantar y sirvió como interprete e intermediario con la tribu de Wampanoag.  Un año después celebraron su éxito en el cultivo haciendo una fiesta de Otoño. Esta celebración de tres días no fue llamada Día de Acción de Gracias sino hasta mucho después. Otros participantes de este evento fueron 90 Indios de la tribu Wampanoag y su líder Massasoit. Squanto fue el traductor y guía durante esta festividad.
Ese fue el comienzo de los Estados Unidos.

Parte de la Declaración oficial Nacional del Día de Acción de Gracias del Presidente Abraham Lincoln en 1863 dice: “Ninguna mente humana ha diseñado ni ninguna mano mortal ha construido estas grandes cosas. Son los gentiles dones del Altísimo que, aunque se molesta con nosotros por nuestros pecados, a pesar de todo tiene muy presente la misericordia.
He creído adecuado y apropiado que tales dones deberían ser reconocidos solemne, reverente y agradecidamente con un solo corazón y al unísono por todo el pueblo americano. Por tanto, invito a mis conciudadanos en cualquier lugar de Estados Unidos y también en tierras extranjeras, a señalar y guardar el último jueves de noviembre próximo como un día de acción de gracias y alabanza a nuestro Padre benefactor que mora en los cielos.”

¿Qué mejor día para agradecer a Dios para expresar nuestra gratitud? El Salmo 103 es mi favorito en este día. El salmista se recuerda a sí mismo que debe bendecir, hablar bien de Dios. Es con razón que lo hace,  ya que somos propensos a olvidar el bien que Dios ha hecho tanto material, ("El que sacia de bien tu boca") como físico ("El que rescata del hoyo tu vida"), emocional ("El que sana todas tus dolencias), y espiritual ("El es quien perdona todas tus iniquidades") en nuestras vidas (no se diga lo que otros hacen por nosotros). Te invito a que lo leas, lo medites, mires que Dios no solo suple lo material sino que es el único que te da contentamiento completo. Dilo  a Dios como un acto de agradecimiento por todas sus bondades.

Bendice, alma mía, a Jehová,
    Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
16 Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová. (RV, 1960)


Thursday, November 15, 2018

Paz de Dios, Paz con Otros - Filipenses 4:1-9 - Tercera Parte

IV. Debemos vivir amablemente v. 5
- Matando el enojo pecaminoso

“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.”

El regocijo del Señor nos lleva a ser gentiles. Esto mata el enojo pecaminoso. Alguien preguntó, ¿Qué es más fácil, regocijarse o vivir amablemente? Esta persona dijo que es vivir amablemente porque esto implica a otras personas. El gozo del Señor se demuestra viviendo amablemente. Debemos entender varias cosas sobre vivir amablemente.

A. El enojo (y la agresividad) roba la amabilidad, la bondad y gentileza.

El enojo pecaminoso no solo roba el gozo y la paz del Señor sino que también todo lo que es bueno de Dios. Lleva a los desacuerdos, a las contiendas, a las divisiones como pasaba en Filipos con las dos mujeres. Lleva al odio, al rencor y a la amargura. El enojo viene porque alguien ha violado nuestros derechos o nos impide algo que nosotros pensamos que merecemos.
Debemos entender que verdaderamente no merecemos nada delante de Dios. Dios no nos debe nada y enojarnos y dañar a otros porque no recibimos lo que queremos es pecado.

B. La gentileza se demuestra a todos
“Sea conocida de todos los hombres”

La gentileza nuestra no es solo dentro de la iglesia o entre creyentes sino con todas las personas. Los Americanos son categorizados como rudos y orgullosos por otros países. Y cuando salen del país llevan esa actitud. Pero la verdad es que en estos días el enojo, la rudeza y la violencia se ha visto muy marcada en nuestro país debido a la política.

Los Hispanos nos hemos distinguido como personas gentiles y amables pero también lo estamos perdiendo rápidamente con la ayuda de la cultura en que vivimos.

Como cristianos y ciudadanos del cielo, como iglesia, debemos distinguirnos como personas gentiles no importa el país de origen de que somos, ni el país donde vivimos, ni que punto de vista político, ni de que creen otros religiosamente ni siquiera como nos tratan.  Obedecemos a nuestro Señor y mostramos su gentileza a todos aun los que no nos tratan bien. No reaccionamos. No nos ofendemos fácilmente.

La iglesia del Señor debe ser conocida por la gentileza y amabilidad no por ser agresivos y enojones. No hay lugar para personalidades múltiples como las  del Dr. Jekyll y el señor Hyde, de día respetuoso doctor pero de noche es agresivo, violento, desenfrenado y repugnante.
No queridos, esto no nos trae la paz del Señor. Pablo nos motiva a vivir gentilmente dándonos la razón:

C. La gentileza reconoce que el Señor viene pronto
“El Señor está cerca”

Como ciudadanos del cielo debemos entender que nuestro Señor está cerca en su venida. Esto no debe asustarnos sino animarnos a vivir vidas gentiles ya que él nos recompensará, ejecutará justo juicio sobre aquellos que causan daño a sus hijos y pondrá todo bajo su control (Fil. 3:21). Los Filipenses estaban experimentando persecución por ser creyentes y Pablo les recuerda que sean gentiles con todos ya que el Señor viene pronto.
Nuestro Señor, el bondadoso, misericordioso, y justo viene pronto y nos debe a llevar a regocijarnos en Él y vivir gentilmente con todos.

 ¿Cómo te conocen los que está fuera de la iglesia, en tu trabajo y en tu vecindario? ¿Te conocen como una persona afable, amable, gentil y bondadosa? ¿Reaccionas con gentileza gozosa ante la rudeza de otros?

Cuando vivimos amablemente matamos el enojo y la paz de Dios reina en nosotros no importando cómo otros nos traten.

V. Debemos vivir en constante oración a Dios vv. 6-7
- Venciendo la ansiedad

Es muy interesante notar cómo Pablo conecta todo en esta carta. Desde el comienzo ha hablado del gozo, de la unidad en Cristo, del Señorío de Cristo y cómo nosotros debemos tener su mente y someternos a Él. En esta sección nos habla de la paz de Dios la cual viene de nuestra firmeza en Él, del gozo en el Señor, de la unidad que tenemos unos a otros, y cómo se demuestra el gozo a través de nuestra gentileza. Sabiendo que él viene pronto para sujetar todas las cosas bajo su señorío debe llevarnos a ser gentiles y también a evitar el afán y la ansiedad. En lugar a esto debemos dejar a todo a Dios en oración para que su paz reine en nuestras vidas.

A. ¿Cómo vivir una vida de oración delante de Dios. 6a
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego”

En los Estados Unidos, 40 millones de personas sufren de ansiedad clínica, el 18% de la población. De estos solo el 18% son tratados clínicamente. Sin duda hay más que no han sido evaluados. Los factores que producen la ansiedad son varios como la genética, la personalidad, y eventos en la vida.
La mayoría de nosotros no vamos a experimentar esta clase de ansiedad.

Relacionado con la ansiedad están los ataques de pánico. Estos vienen de repente y las causas son muy similares a las de la ansiedad. Creo que les he comentado de mi único caso en sufrí de un ataque de pánico. En mi caso me sentía en mi cuerpo los síntomas lo cual me llevó a tener más ansiedad de lo que podía morir en ese momento.
Si padeces de ansiedad o ataques de pánico es recomendable que busques ayuda profesional. Nuestra iglesia puede ayudarte a través de nuestro centro de consejería.

Aunque ninguno de estos sea algo con lo que luchamos, la ansiedad  o el afán común (a diferencia de clínica) es algo que la mayoría de nosotros experimentamos. Este afán es cuando nos preocupamos excesivamente en algo que está fuera de nuestro control. Generalmente son circunstancias que no podemos controlar pero deseamos controlar porque nos sentimos inseguros. Envuelve personas que nosotros queremos cambiar pero no podemos cambiar o no podemos cambiar sus circunstancias. Pablo nos dice cómo tratar con la ansiedad en los siguientes versículos.

1. Para de preocuparte orando

Pablo comienza con el mandato de que no estén afanados por nada. Nada merece que nos afanemos excesivamente dice Pablo. El llamado es que paren de preocuparse excesivamente de lo que les preocupa.

Pero no solo dice paren sino que también dice como llevar a cabo esto: “sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y súplica”.

El antídoto para la ansiedad es la oración constante por lo que nos preocupa. En breve Pablo dice, “por nada se preocupen, oren por todo”.
Yo hago lo opuesto. Quizás tu también. Debemos hacer esto, orar por todo, preocuparnos por nada.

2. Si es algo personal, presenta específicamente a Dios tu petición.
“Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios”.

La palabra que se usa para peticiones significa algo específico. Nuestras peticiones deben ser específicas no generales. Debemos llevar estar peticiones delante de Dios.

En nuestras peticiones debemos reconocer que Dios es soberano de nuestra vida y suple todas nuestras necesidades que tenemos hoy. Aunque Él sabe lo que necesitamos oramos para que Dios haga su voluntad y podamos ser libres de la ansiedad y tener su paz. Mateo 6:23-34 (Matt. 6:25-34).

Las presentamos ante su trono de la gracia y confiamos que nuestro Padre celestial obrará para nuestro bien.

3. Si es algo por alguien que te preocupa, intercede por la persona.
“En toda oración”

La palabra oración no solo quiere decir que debemos orar en todo tiempo y por todo sino que tiene la idea de interceder por otros. Si nos preocupa algo relacionado con alguien, debemos presentarlo a Dios en lugar de afanarnos.

4. Si es algo urgente pídele a Dios con intensidad.
“Y ruego”
Debemos de suplicar, rogar con intensidad por lo que nos urge que Dios responda. Esto no quiere decir que Dios nos responderá cuando queremos, pero Dios desea que tengamos intensidad al orar.

5.  En todas tus oraciones dale gracias a Dios v. 6b
“con acción de gracias”

Nuestras oraciones deben ir acompañadas con el agradecimiento. El agradecimiento reconoce a Dios como bondadoso y nos ayuda a entender que dependemos de Él. ¡Reconocemos que es un Dios dadivoso que nos da todo lo que necesitamos! El agradecimiento nos libra de la egolatría, el pensar que nosotros podemos hacerlo todo y somos autosuficientes.

C. La promesa de Dios v. 7
Pablo nos dice que la promesa de vivir en constante oración cuando algo nos preocupa es la paz de Dios.

1. La paz de Dios es superior (transciende) a nuestro entendimiento (es sobrenatural) de lo que nos causa ansiedad.
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”

Esta paz es la paz que Dios posee como Dios. Él nos comparte de su paz.
Esta paz es más que “La serenidad calmada que caracteriza la naturaleza de Dios que los Cristianos agradecidos y confiados son bienvenidos a compartir”. - Comentario de Pillar

Pero esta paz va más allá de ser un sentir, es una paz completa (“Shalom”) que incluye el bienestar de la persona en su vida y sus relaciones. Es una paz sobrenatural. No es una paz que viene de nosotros ni de la terapia ni de relajantes especiales. Esta paz viene de Dios mismo, el Dios de paz. Una paz que no se puede explicar que transciende las circunstancias. Transciende todo lo que nosotros entendemos como paz.
Esta es la paz que Dios nos da cuando presentamos todo lo que nos preocupa en oración constante.

2. La paz de Dios guarda nuestros corazones
“guardará vuestros corazones”

Esta frase es una frase militar. Los soldados romanos hacían guardia en las entradas de la ciudad para proteger la Paz Romana. No dejaban entrar a nadie que quisiera perturbar esa paz.  Los soldados que protegen una ciudad resisten a las personas quieren pasar, pero ellos resisten.
Ellos ofrecían esa seguridad. La paz de Dios es la que nos protegerá nuestros corazones, lo más profundo de nuestro ser, el centro de nuestras emociones y de nuestra voluntad de la ansiedad. Lo hará manteniendo la entrada de nuestros corazones protegida en contra de las preocupaciones y ansiedad. No las dejará entrar.
Nadie puede darte esta clase de paz, solo nuestro Dios a través de nuestro Señor Jesucristo.

3. La paz de Dios guarda nuestros pensamientos
“y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Una vida de oración y gratitud a Dios vence la ansiedad  porque nos da su paz que no solo guarda nuestro corazones sino también nuestra mente de la ansiedad “en Cristo Jesús”. Cuando vengan esos pensamientos que nos producen ansiedad, la paz de serán recibidos por nuestro Señor y no serán aceptados. El dijo  a sus discípulos, "Mi paz os dejo, mi paz os doy". Esa paz es la que mantendrá nuestros pensamientos libres de la ansiedad y preocupación.

Para vencer la ansiedad y experimentar la paz de Dios, necesitamos vivir como iglesia una vida en constante oración a Él por lo que nos causa preocupación.

VI. Debemos vivir pensando las virtudes de Dios vv. 8-9
- Reenfocando la mente

Pablo continúa compartiendo lo que la iglesia de Filipos debe hacer para vivir en la paz de Dios y paz con otros. Pablo les manda a reenfocar su mente en lo que es virtuoso. En oración presentamos todo a Dios, su paz nos protege y no deja entrar la ansiedad pero dejamos entrar a nuestra mente las virtudes de Dios. Estas deben ser nuestro enfoque.

A. Evitar enfocarnos en todo lo que roba la paz v. 8

Los estudios científicos dicen que nuestros cerebros pueden modificarse y generar nuevas conexiones. A esto se le llama neuroplasticidad. Se creía antes que una vez el cerebro ya estaba desarrollado no podía modificarse, haciendo nuevas conexiones y asociaciones.  Pero hoy los científicos dicen que si es posible aunque haya sufrido un trauma o haya sido formado bajo condiciones negativas. Esto es muy interesante porque la Biblia nos dice que renovemos nuestra mente.

Hay maneras de pensar que nos roban la paz. Hemos sido programados por nuestras experiencias, especialmente antes de conocer a Cristo, con pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. Pablo os dice que para tener la paz de Dios debemos evitar la ansiedad que roba la paz. Una vida de oración nos ayuda. Pero además de esto debemos reenfocar nuestra mente en cualidades virtuosas.

B. Reenfocando la mente en todo lo que es virtuoso v. 8
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Una mente que es guardada por la paz de Dios se enfoca, se concentra, les da atención constante a ocho virtudes. Estas virtudes son virtudes que en el tiempo de Pablo los griegos las consideraban honorables. Estas virtudes no fueron inventadas por los griegos ni ninguna otra cultura. Las virtudes honorables, dignas de alabanza se derivan del carácter de Dios. El mundo puede poseerla porque no son exclusivas. Son virtudes que Dios ha compartido con nosotros. Pero en el cristiano, estas virtudes deben ser parte de constante pensar y vivir.

Estas virtudes son excelentes (“si hay virtud alguna”), son dignas de elogios (“alabanza”). Además son amplias y no están limitadas a prácticas específicas. Son virtudes que deben dominar nuestra mente por nuestro constante enfoque en ellas. Esto implica que hay que pensar y alimentar nuestras mentes con en ellas constantemente.

1. Todo lo verdadero - Lo verdadero de Dios se deriva de su Palabra. Toda la verdad viene de Dios. Esto implica que hay falsedad. No todo es verdadero. Hoy día se habla de los hechos, pero los hechos que no muestran la verdad de Dios es falsedad. Por ejemplo, todos creemos que el cuerpo es maravilloso. Es cierto. Pero no decir que fue Dios que lo creó, que en Cristo nuestros cuerpos son templo de Espíritu Santo y deben mantenerse puros es omitir la verdad de Dios. Debemos pensar en lo que es verdadero.

2. Todo lo honesto - todo lo que es honorable, digno de respeto. Todo lo deshonorable, vulgar debe evitarse.

3. Todo lo justo - todo lo que va de acuerdo o en proporción a lo que es considerado bueno o de beneficio a otros. Que no toma ventaja de otros.

4. Todo lo puro - todo lo que es moralmente bueno.

5. Todo lo agradable, placentero.

6. Todo lo de buen nombre o de buena reputación  o reconocimiento moral. Esto describe la cualidades anteriores y también a personas que son de buen nombre.

C. Practicando la enseñanza y ejemplo bíblico v. 9
“Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.”

Pablo es uno que practica lo que enseña incluyendo estas virtudes al igual que todo lo que ha enseñado en esta carta. Él les manda a que practiquen lo que les ha enseñado, "lo que aprendisteis y recibisteis" y lo que han visto como ejemplo en él, "y oísteis y visteis en mí."

La promesa es que cuando practiquen esto "el Dios de paz estará" con ellos. Esto no quiere decir que no tienen la paz de Dios, sino que en la obediencia de ellos, Dios estará ayudándoles y dando su paz aun más.

Dios nos llama a practicar lo que hemos aprendido sobre su paz. Nos dice que debemos como iglesia:
1. Debemos estar firmes en Él
2. Debemos vivir en unidad
3. Debemos regocijarnos en todo tiempo
4. Debemos vivir amablemente
5. Debemos vivir en constante oración a Dios
6. Debemos vivir pensando en las virtudes de Dios





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Paz de Dios, Paz Con Otros - Filipenses 4:1-9 - Segunda Parte

II. Debemos vivir en unidad unos con otros vv. 2-3
- Disipando la discordia

A. Animando a otros a tener un mismo sentir v. 2
“Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.”

Estas dos hermanas en Cristo tenían desacuerdos relacionados con el orgullo, los intereses personales y posiblemente la posición que tenían en la iglesia. Este desacuerdo era significante ya que Pablo tiene que mencionarlo. Es posible que eran dos mujeres prominentes en la iglesia y su desacuerdo estaba afectando la unidad de la iglesia.

Pablo los anima, les ruega, les invita públicamente ante la iglesia a que resuelvan sus diferencias y tengan “un mismo sentir en el Señor.” Este sentir imita al Señor, viene del Señor, es parte de nuestro caminar en el Señor. Notemos también que Pablo es imparcial y no culpa ninguna en particular. 

La actitud que deben tener la una hacia la otra es la que tuvo el Señor (Fil. 2:2), una actitud de humildad (lo opuesto de la arrogancia que muchas veces mostramos), una actitud de preferir a la otra persona, una actitud que tiene la misma meta de ser como Cristo. El enfoque no es tanto en lo que cada uno debe respetar sus derechos, ganar o perder, o ambos ganar algo sino hacer lo que honra al Señor. Esto envuelve una actitud humilde como la del Señor.

Hoy día queremos resolver nuestros conflictos usando la estrategia del mundo (y algunos rehúsan resolver sus conflictos). Todo mundo debe ganar, nadie debe perder nada. Nuestros derechos y deseos son primero. Nuestros problemas entre hermanos y hermanas en Cristo deben ser “en el Señor”. Debe agradarle a nuestro Señor. Ese es nuestro enfoque. Sabemos que si tenemos problemas con alguien va a afectar nuestra relación con el Señor. Es por esto que nuestro Señor dijo:

 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5:23-24

Si no restauramos nuestra relación con otros y estamos en paz, nuestra relación con el Señor no está bien tampoco.

B. Ayudando a otros a vivir en unidad v. 3
“Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.”

Animando a otros y ayudando a otros a resolver la discordia nos lleva a la unidad lo cual produce la paz de Dios.

Si queremos que haya paz entre nosotros debemos vivir en unidad. Esto requiere que cada uno de nosotros asuma el rol que Dios nos ha dado como pacificadores. Mateo 5:9 Esto requiere que intervinamos en casos de desacuerdos en la familia de Dios. No es solo mi rol, es rol de todos nosotros. 

Pablo pide a su “compañero” que posiblemente era Timoteo o Epafrodito a que les ayude (la palabra significa juntar) a ellas a resolver su conflicto. En ocasiones es necesario la intervención de una tercera persona para resolver problemas entre dos hermanos o hermanas en Cristo.

El proceso lo encontramos en Mateo 18:15-20. Si después de todo esto el hermano o los hermanos causan división debemos seguir lo que dice Tito 3:10 dice, “Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo.” Quiere decir que como iglesia tenemos que cortar el compañerismo con esa persona.

Estas dos mujeres habían “combatido” o trabajado juntamente ayudando al Pablo junto con Clemente y otros colaboradores “cuyos nombres están el libro de la vida.” Eran parte del equipo misionero de Pablo pero más importante el hecho que eran creyentes, ciudadanas del cielo y como tales deberían vivir en armonía.

¿Qué estás haciendo para promover la paz entre nuestros hermanos en Cristo? ¿Animas a otros y sirves como mediador para establecer la unidad y la paz? ¿Personalmente, buscas la unidad y la paz con todos?

Debemos animar y ayudar a otros a vivir en unidad en la iglesia para que podamos tener paz, la paz de Dios.

III. Debemos vivir regocijándonos en el Señor v. 4
- Huyendo de la felicidad

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!"

Cuando hay unidad, hay gozo del Señor. No puede haber gozo cuando no hay discordia entre hermanos en Cristo. La unidad hace posible el gozo en el Señor y pero además nos da su paz.

A. Debemos huir la felicidad subjetiva

Pablo ya ha introducido el tema del gozo en esta carta (mirar Fiil. 1:18; 2:2; 2:17-18, 29, 4:10)
El gozo no lo mismo que la felicidad. La felicidad es subjetiva, de acuerdo a lo que nosotros queremos y recibimos. Hoy día el consumismo nos dice si tenemos más cosas seremos felices. Pero no es cierto. Sabemos que entre más tenemos más queremos y nunca estamos felices. Hoy día se nos dice que busquemos lo que nos hace feliz. Muchas personas lo buscan en las cosas, en el placer, en sus carreras y en sus familias. Muchos corren "la carrera de las ratas", que atrapadas en un laberinto van de un lugar a otro hasta que mueren exhaustas. Así hoy muchos viven así. Viven pero no saben para qué o para quién viven. No hay paz. Todo lo que hay en este mundo no nos puede dar el gozo. El gozo no se puede comprar, no se puede ganar, no se puede adquirir humanamente. Pablo dice que para tener paz debemos regocijarnos en el Señor.

B. Debemos regocijarnos SIEMPRE en el Señor

El mandato es regocijarnos siempre en el Señor. Regocijarnos en el Señor siempre cualesquiera que sean las circunstancias porque Dios está obrando en nuestras vidas y llevando a cabo su voluntad. Nos está formando a su imagen.

Pablo que estaba en la cárcel tenía el gozo del Señor.  Pablo ha descrito en el capítulo 2 que Jesucristo es Señor porque se humilló, murió, resucitó. A través de Él tenemos vida eterna. Estamos unidos con Él. El nos imparte de su gozo. Este gozo es más real en nuestra vida y en la medida en que dependemos de Él.  Nos podemos regocijar siempre cuando podemos decir, "para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." Tenemos gozo aunque lo perdamos todo, porque nuestra ganancia se acerca, cuando nuestra vida sea completa en Cristo.  Nuestro gozo tiene una esperanza segura.

Pablo reitera el mandato otra vez. La iglesia de Filipos necesita escuchar otra vez al igual que nosotros hoy día, "¡Regocijaos!

Nuestro Señor nos manda como iglesia a regocijarnos en Él siempre, cuando estamos todos juntos o unos pocos juntos en la semana. No somos mandados a ser felices. No somos mandados a entretenernos. No somos mandados a quejarnos.  Somos mandados a regocijarnos en el Señor siempre. Es el gozo del Señor nuestra fortaleza. Su gozo nos da su paz.

G.K. Chesterton dijo, "Gozo, el cual era una pequeña publicidad para los paganos, es un secreto gigante par los Cristianos." (Citado en "A Long Obedience in the Same Direction" por Eugene H. Petersen

¿Muestra tu vida el gozo o el regocijo del Señor en todo tiempo? ¿Pueden otros ver este regocijo en ti en medio de todas las circunstancias?

Una iglesia unida se regocija, es una iglesia que posee la paz de Dios, y que puede compartir esta paz contagiosa con otros que no tiene la paz con Dios.




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Paz de Dios, Paz con Otros - Filipenses 4:1-9 - Primera Parte

Necesitamos una paz que transcienda toda circunstancia y toda diferencia entre nosotros. De esto se habla mucho en nuestro país hoy día. Queremos vivir en paz con otros. Pero esta paz es superficial porque solo trata de eliminar diferencias externas como el color de la piel, el ambiente geográfico, el estatus social o las diferencias culturales.

En Hebreos 13:20 nos dice que Dios es un Dios de paz. En Filipenses 4:9 dice que Él es “el Dios de paz”.
El único que puede hacer posible una paz que transcienda todo es el Dios de paz. Solo Él  puede darnos ese tipo de paz que buscamos.  Cada persona que nace en este mundo nace alejada de Dios y no posee la paz con Dios debido a su pecado innato. Dentro de nosotros, anhelamos esta paz con Dios. Es nuestra naturaleza alejada de Dios que produce lo opuesto de la paz y aunque trata de tener paz con otros, no llega a la realidad. Si hay paz con Dios, puede haber paz con otros.

Cuando creemos en Cristo como nuestro Señor y Salvador, nuestra paz con Dios es restaurada. Rom. 5:1 Esta paz no es solo el hecho de que ya no somos enemigos de Dios alejados por nuestros pecados. Esta paz nos da una relación con Dios, una relación recíproca en la que tenemos comunión con Él y Él con nosotros. Esta relación produce paz en nosotros. Esta es una paz que transciende lo externo y temporal. Esta paz transciende nuestro entendimiento, nuestros sentimientos y nuestras circunstancias porque sabemos que Dios está con nosotros y en nosotros a través de su Espíritu. El nos ayuda, nos fortalece, nos conforta, nos guía y nos asegura nuestro futuro eterno. La paz de Dios nos da la seguridad que nada en esta vida, ni nadie en esta vida, nos separará de su amor.

Esta paz provee la seguridad para vivir una vida en paz personal interna pero también relacional como iglesia sin importar cualquier diferencia entre nosotros. Sin embargo, este hecho no garantiza que viviremos en su paz. Debemos seguir lo que su Palabra nos enseña sobre la paz.

Si tu nunca has dado tu vida a Cristo, esta paz está ausente. Puede que tu mundo exterior este en paz, pero si no tienes paz con Dios, no puedes recibir su paz sobrenatural para vivir la vida aquí y en la eternidad.

¿Cuáles son los robadores de la paz?

De la paz personal (interna): el desánimo, la búsqueda de la felicidad, el enojo acompañado con crítica y quejas, la ansiedad acompañada con la preocupación, desánimo y la depresión, y los pensamientos erróneos.

De la paz relacional (unos a otros): la discordia y los conflictos con otros.

¿Cuáles son los resultados de una vida sin paz?

En lo personal: ansiedad, preocupación, murmuración, crítica, quejas, desánimo, depresión, culpa, enojo afectan la vida emocional y las relaciones.

En lo relacional: aislamiento, falta de amistades, conflictos con otros, divisiones.

Todo esto afecta la vida espiritual y muchas veces lleva al pecado y a una vida fuera de la voluntad de Dios, una vida sin la paz de Dios, que nos impide caminar en obediencia a Él. No perseveramos en nuestro caminar en Cristo porque estamos atados por los robadores de paz.

¿Cómo mantener la paz de Dios en nuestra vida como iglesia?

Recordemos que esta enseñanza aunque tiene un aspecto personal es en el contexto de la iglesia, la comunidad de creyentes en la que debemos practicarla.

I. Debemos vivir firmes en el Señor v. 1
“Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.”

- Superando el desánimo

 “Así que” conecta esto con el hecho que debemos de vivir como ciudadanos del cielo sabiendo que Cristo viene del cielo y nos transformará. Esto nos debe llevar a una acción. Esta acción también está conectada con la paz que debe reinar en nuestras vidas.

¿Cuál es esa acción? La acción es el estar firmes. Esta firmeza tiene la idea militar de estar resolutos, no ceder terreno ante el enemigo.

Requiere resistir pero requiere también avanzar. Aquellas cosas que nos roban la paz deben ser resistidas. No debemos dejar que tomen terreno en nuestra vida. Leía esta semana y un autor decía que debemos ser peregrinos y no turistas. Los turistas salen cuando tienen tiempo, van para disfrutar, tomar fotos, divertirse y luego se van. Ellos son los que van a la iglesia los domingos, van a las novedades, quieren ser entretenidos pero no se comprometen.

A. Animándonos unos a otros en Cristo v. 1b

Pablo los anima a los Filipenses a permanecer firmes en el Señor.

1. Hermanos en la fe en Cristo
Pablo presenta a los Filipenses como “hermanos míos”.  Esta es la unión que tenemos en Cristo. Somos parte de una familia, la familia de Dios Padre y por lo tantos somos hermanos que tenemos los mismos derechos delante de Él.  Esta unión familiar no es temporal, es permanente. Juntos vivimos nuestra vida en Cristo. Esto nos trae paz.

2. Amados por Dios
También les llama “amados” porque somos amados por nuestro Padre. Si el nos ama nos cuidará y nos dará su paz. Nos amamos unos a otros porque Dios nos ha amados.

3. Deseados
Para Pablo los Filipenses son deseados para él. Desea estar con ellos. ¿Qué mejor deseo que el estar con aquellos que ama?
Igual debemos nosotros desear estar juntos en el Señor.

4. Gozo y Corona
Los Filipenses son su gozo y corona al ver cómo viven fielmente para el Señor. No depende de ellos para tener gozo, pero ellos añaden a su gozo con sus vidas.

Pero son su también su corona ya que está esperando la venida de nuestro Señor. El gozo de él es verlos terminar la carrera fielmente y son su corona de Dios.

Nosotros debemos vivir en Cristo de tal manera que también somos gozo y corona para los que nos pastorean.
Sabiendo que somos todo esto debería llevarnos a tener paz y vivir en paz.

Pero también,

B. Reconociendo nuestra dependencia en el Señor v. 1b
Estamos firmes dependiendo del Señor y en su fuerza.

Mirando atrás en Filipenses:
- Debemos estar firmes en la unidad en Cristo. Debemos estar firmes en comunicar el evangelio a otros y ayudado aquellos que sirven al Señor. Debemos estar firmes en la meta singular de conocer más a nuestro Señor Jesucristo poniéndolo primero en nuestra vida antes que cualquier otra cosa o persona. Debemos estar firmes perseverando en nuestra carrera espiritual dejando lo que queda atrás y esforzándonos en nuestro avance. Debemos estar firmes como ciudadanos del cielo.

- Mirando al resto de lo que Filipenses nos enseña: Debemos estar firmes en nuestro gozo sin importar nuestra situación. Debemos estar firmes orando para evitar sin ansiedad. Debemos estar firmes pensando pensamientos virtuosos.

Esto no es automático. Hay que vivir nuestra vida de peregrinos (no turistas) en Cristo cada día. Esto implica buscarle intensamente en oración y a través de su Palabra. Envuelve tener comunión con Cristo constantemente.

¿Cómo está tu firmeza en el Señor? ¿Estás corriendo hacia la meta de ser como Cristo o estás parado en el camino exponiendo tu vida al enemigo?

El ánimo de otros y nuestra dependencia en el Señor nos ayudan superar el desánimo y vivir firme para el Señor. Esto produce la paz de Dios en nuestra vida.

Segunda parte
Tercera parte






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Paz de Dios, Paz Con Otros - Filipenses 4:1-9

Esta paz provee la seguridad para vivir una vida en paz personal interna pero también relacional como iglesia sin importar cualquier diferencia entre nosotros. Sin embargo, este hecho no garantiza que viviremos en su paz. Debemos seguir lo que su Palabra nos enseña sobre la paz. 









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Monday, November 12, 2018

La Iglesia perseguida - 2018

¿Cómo nos reta la iglesia perseguida a nosotros hoy? En Korea del Norte los niños son usados para descubrir quienes poseen el libro "negro" (la Biblia), en Pakistan los creyentes perseguido huyen a Tailandia, en Iran los creyentes son llevados a prisión por años, los familiares los maldicen y excomulgan de su familia y sufren pena de muerte. En Nepal la iglesia es perseguida por compartir el evangelio pero la iglesia abandona todo y sigue más fiel a Cristo.









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