"Predicad el evangelio y si es posible, usen palabras" son palabras atribuidas a Fracisco de Asís.
Aunque suenan correctas, no lo son bíblicamente. Enfatizar una parte del evangelio no es lo que enseña la Biblia.
Cuando creemos en el evangelio-las buenas nuevas de que Cristo murió, fue sepultado y resucitó para pagar nuestra deuda delante de Dios y así darnos el perdón de pecados y la salvación por medio de la fe-es el comienzo de nuestra peregrinación como sus seguidores.
Como hemos visto en varios sermones, a esto le llamamos santificación, el proceso por el cual seguimos creciendo en nuestra fe, en el evangelio hasta ser como Cristo, lo cual tomará toda la vida.
Pero esto esto no es todo. No somos salvos solo para vivir nuestra vida ante el mundo mostrando a Cristo. Debemos también predicar, enseñar, compartir, hablar de Cristo.
Este es el tema de este sermón. Queremos ver el ejemplo de Pablo como un ejemplo, un modelo de lo que es vivir, encarnar el evangelio y de igual manera compartirlo con otros. Miraremos que su vida, al igual que Silas, vivían la verdad del evangelio pero a la vez predicaban el evangelio. Ambos elementos van juntos. Ambos son necesarios. Si los dos no son una realidad en tu vida algo anda mal.
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