A muchos de nosotros no nos gusta suplicar o hacer plegarias a nadie. El orgullo Hispano es muy típico en nuestra cultura. “Yo o ruego o suplico a nadie” decimos. ¡Que orgullo tan insolente! Esto debe cambiar en nuestra cultura.
¿Recuerdas algún momento de plegaria a Dios? Solamente lo hacemos delante de Dios solo cuando estamos en una situación precaria. Es entonces cuando clamamos noche y día. Pero después de esto todo sigue “normal”.
Hay culturas que son lo opuesto. Estas culturas son insistentes, suplican y ruegan como parte normal. Esta es la cultura hebrea de la que el salmista es parte.
Esta sección “tau” que corresponde a la letra “t” o “th” en nuestro idioma es la última sección de las veintidós del salmo 119. Esta sección es una plegaria a Dios. Es una plegaria expresando clamor a Dios pidiendo entendimiento, discernimiento, y rescate. Además, expresa adoración a Dios, un deseo de ser atraído a Dios en forma de confesión, y un compromiso a la obediencia a la Palabra de Dios.
Dios dice que estas oraciones o plegarias de oración son las que Dios considera efectivas. Santiago 5:16 Son efectivas cuando viene de una persona justo como la que describe este salmo. Nosotros los que hemos creído en Cristo somos justos por Él y podemos ser efectivos en nuestras plegarias a Dios. Si, somos humanos con debilidades, pero así también lo fuero otros siervos de Dios que fueron efectivos en sus oraciones fervientes a Dios. Santiago 5:17-18
Miremos como debemos elevara plegarias a Dios. Lo haremos diciéndolos en forma de oración.
1. ¡Escucha mi Oración! vv. 169-170
A. ¡Quiero estar cerca de Ti! v. 169a
“Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová”
Como creyentes sabemos que debemos orar o clamar a Dios ya que es un mandato. Sabiendo que es un mandato debería ser suficiente, pero parece que esto no es suficiente. Relegamos la oración a un nivel bajo en comparación a nuestras responsabilidades diarias.
¿Porqué clamar a Dios en oración? El salmista dice que es para estar cerca de Dios. Esa es la idea de este versículo. Ruega que su clamor, esa oración con intensidad llegue delante de Jehová. El espíritu de la plegaria es de uno que viene a presentar su sacrificio a Dios y pide que sea aceptado por Dios. No lo hace porque hay una urgencia que desea que Dios solucione inmediatamente. ¡No! El salmista clama porque desea estar cerca de Dios. Su súplica es lo mejor que tiene para ofrecer a Dios.
A través del sacrificio de Cristo podemos entrar hasta el trono de la gracia de Dios a través de nuestras suplicas sin necesidad de ningún sacrificio. El sacrificio ya lo hizo al morir en la cruz por nosotros. Cuando creemos en Él por la fe tenemos este acceso. Dios nos escucha y nos responde. Heb. 4:16
Nuestro deseo debe ser que cada día deseemos estar cerca de Dios con nuestras plegarias. Debe ser una prioridad porque no hay nada mejor que llegar ante su presencia a través de ella. Es a través de ella que gozamos de su presencia y comunión.
B. ¡Dame discernimiento! v. 169b
“Dame entendimiento conforme a tu palabra.”
A través de la oración no solo pide estar cerca de Dios sino también pide el discernimiento de Dios. Parece extraño que pida esto en su oración después de pedir estar cerca de Dios. No debe ser extraño ya que el contexto de esta plegaria está es la Palabra de Dios, y es a través de ella que podemos obtener entendimiento.
En esencia lo que está pidiendo es que Dios le muestre lo que es bueno y malo, lo que es agradable a Dios, la manera de responder a las situaciones diarias de acuerdo a su Palabra. Esto debe ser nuestra plegaria cada día a Dios. Y debemos pedir entendimiento en TODO no solo en lo que nosotros consideramos importante. Nuestro caminar en Cristo no está basado en nuestra propia opinión, en nuestro propio conocimiento, en nuestra propia prudencia sino en su Palabra.
¿Porqué? Porque nuestra sabiduría no alcanza la sabiduría de Dios. 1 Cor. 1:20-25 Dios nos ha rescatado del pecado en su totalidad para que le sirvamos con la totalidad de nuestra persona dependiendo de Él cada día.
Esto es mi plegaria a Dios cada mañana. Ruego que Dios me de su entendimiento para poder sabe lo que Él desea que haga hoy. Hay muchas demandas diarias, pero no todas esas demandas son las que Dios quiere para mi. Debo pedir su entendimiento para determinar que es lo que Él quiere para mi.
¿Es esta tu plegaria de oración cada día o vives para tus deseos y planes? ¿Vives siguiendo tu propia sabiduría o dependiendo totalmente en la guía del Señor a través de su Palabra?
C. ¡Líbrame! v. 170
“Llegue mi oración delante de ti;
Líbrame conforme a tu dicho.”
La idea de este versículo es muy similar al anterior excepto que la intensidad no es la misma. Es interesante porque la oración hecha es para que Dios cumpla con sus promesas. Debería poseer más intensidad porque hay algo tangible que espera de Dios. Pero no es así. El salmista clama porque quiere estar delante de la presencia de Dios, pero ora para que Dios le sea fiel a lo que ha dicho que hará.
Esto requiere fe. Sin fe es imposible agradar a Dios dice la Escritura. Pero esta fe esta arraigada en lo que Dios ha dicho en su Palabra. Cuando nos acercamos a Él. pidiéndole algo debemos no solo pedir lo bueno sino pedir con fe.
Santiago nos dice que muchos de nosotros no recibimos la respuesta que pedimos a Dios porque le pedimos lo que no es bueno. Dios nunca te dará algo que no es conforme a su Palabra. No pierdas tu tiempo. No lo pidas a Dios que apruebe tus mentiras. No pidas a Dios que aprueba tu vida inmoral. No pidas a Dios que apruebe tu egoísmo. No pidas a Dios que apruebe tu lujuria. No pidas a Dios que apruebe tu codicia. Dios no te concederá lo malo. Dios te responderá a lo que es “conforme a su dicho”. Si pides lo malo no has entendido el porque te salvó el Señor.
Dios promete liberarte del pecado. Dios promete liberarte del maligno. Dios promete darte salvación completa. ¿Estás pidiendo esto cada día?
Esto lleva al salmista a adorar a Dios con un corazón lleno de gratitud.
2. ¡TeAdoro! vv. 171-172
A. ¡Con mis labios por lo que me enseñas! v. 171
“Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.”
El salmista dice que sus labios expresaran alabanza a Dios no cuando reciba lo que él quiere sino cuando Dios le enseñe sus “estatutos”.
Dios quiere que de nuestros labios rebosen alabanzas y adoración basada en su verdad. Nuestro Señor dijo que los verdaderos adoradores de Dios lo hacen en “espíritu y en verdad”. Juan 4:24
La adoración de labios que no está basada en la verdad de Dios es anatema delante de Dios. Es igual a lo que los hijos de Aarón hicieron en Lev. 10:1-2
Prácticamente esto significa que, si vivimos en desobediencia a Dios y a su Palabra y le ofrecemos adoración, esta adoración es en vano. No sirve de nada.
Si no le has dado tu vida a Cristo tu adoración no será válida ya que no está de acuerdo a la verdad de Dios. Es cuando crees la verdad de que Cristo murió por ti, para salvarte, darte perdón, y crees por fe es que podrás adorar a Dios.
Cuando adoramos a Dios aquí todos como iglesia debe ser basado en la Verdad que Dios nos ha enseñado. Todo lo que sale de nuestra boca debe ser de acuerdo a lo que Dios ha dicho. Si nuestra vida no está “sincronizada” a su Palabra nuestra adoración es inútil y vana.
En estos días he estado usando algunas oraciones escritas en el libro de Oración Común. Estas se han usado a través de la historia de la iglesia. Estas oraciones son valiosas ya que son bíblicas. Sin embargo, el uso rutinario y maquinaria de ellas lleva a una adoración superficial de la cual debemos tener cuidado. Debemos adorar de acuerdo a la verdad de Dios, pero debe ser en “espíritu”. Nuestro espíritu debe ser guiado a la presencia de Dios a través de su verdad.
Siguiendo esta idea el salmista dice que adora conforme a la “palabra justa” de Dios.
B. ¡Con mi lengua por tu palabra justa! v. 172
“Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.”
La semana pasada Samuel habló sobre la Santa Cena. Esta es una de las maneras en que adoraos a Dios. La iglesia de Corinto celebraba esta ordenanza, pero no de acuerdo a los mandamientos justos del Señor. Lo estaban haciendo en “carne” pecaminosa. Pablo los corrige por esto. Dios los tuvo que disciplinar quitándoles la vida a algunos de ellos. Todo tiene su limite. Si no adoramos a Dios conforme a los mandatos justos de Dios corremos este mismo riesgo.
¿Cómo adorar a Dios, lo adoras conforme a su verdad justa? Tu hablar es un acto de adoración a Dios y cuando lo haces debe ser de acuerdo a sus mandamientos que son justicia. ¿Hablas de acuerdo a sus mandamientos justos o ni siquiera piensas en ello?
El salmista ya ha rogado que Dios le escuche porque quiere estar cerca de Él, quiere su guía y ayuda. El también ya ha adorado a Dios se acuerdo a su Verdad y ahora pide ayuda a Dios. De esto se trata la siguiente entrada.
¿Recuerdas algún momento de plegaria a Dios? Solamente lo hacemos delante de Dios solo cuando estamos en una situación precaria. Es entonces cuando clamamos noche y día. Pero después de esto todo sigue “normal”.
Hay culturas que son lo opuesto. Estas culturas son insistentes, suplican y ruegan como parte normal. Esta es la cultura hebrea de la que el salmista es parte.
Esta sección “tau” que corresponde a la letra “t” o “th” en nuestro idioma es la última sección de las veintidós del salmo 119. Esta sección es una plegaria a Dios. Es una plegaria expresando clamor a Dios pidiendo entendimiento, discernimiento, y rescate. Además, expresa adoración a Dios, un deseo de ser atraído a Dios en forma de confesión, y un compromiso a la obediencia a la Palabra de Dios.
Dios dice que estas oraciones o plegarias de oración son las que Dios considera efectivas. Santiago 5:16 Son efectivas cuando viene de una persona justo como la que describe este salmo. Nosotros los que hemos creído en Cristo somos justos por Él y podemos ser efectivos en nuestras plegarias a Dios. Si, somos humanos con debilidades, pero así también lo fuero otros siervos de Dios que fueron efectivos en sus oraciones fervientes a Dios. Santiago 5:17-18
Miremos como debemos elevara plegarias a Dios. Lo haremos diciéndolos en forma de oración.
1. ¡Escucha mi Oración! vv. 169-170
A. ¡Quiero estar cerca de Ti! v. 169a
“Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová”
Como creyentes sabemos que debemos orar o clamar a Dios ya que es un mandato. Sabiendo que es un mandato debería ser suficiente, pero parece que esto no es suficiente. Relegamos la oración a un nivel bajo en comparación a nuestras responsabilidades diarias.
¿Porqué clamar a Dios en oración? El salmista dice que es para estar cerca de Dios. Esa es la idea de este versículo. Ruega que su clamor, esa oración con intensidad llegue delante de Jehová. El espíritu de la plegaria es de uno que viene a presentar su sacrificio a Dios y pide que sea aceptado por Dios. No lo hace porque hay una urgencia que desea que Dios solucione inmediatamente. ¡No! El salmista clama porque desea estar cerca de Dios. Su súplica es lo mejor que tiene para ofrecer a Dios.
A través del sacrificio de Cristo podemos entrar hasta el trono de la gracia de Dios a través de nuestras suplicas sin necesidad de ningún sacrificio. El sacrificio ya lo hizo al morir en la cruz por nosotros. Cuando creemos en Él por la fe tenemos este acceso. Dios nos escucha y nos responde. Heb. 4:16
Nuestro deseo debe ser que cada día deseemos estar cerca de Dios con nuestras plegarias. Debe ser una prioridad porque no hay nada mejor que llegar ante su presencia a través de ella. Es a través de ella que gozamos de su presencia y comunión.
B. ¡Dame discernimiento! v. 169b
“Dame entendimiento conforme a tu palabra.”
A través de la oración no solo pide estar cerca de Dios sino también pide el discernimiento de Dios. Parece extraño que pida esto en su oración después de pedir estar cerca de Dios. No debe ser extraño ya que el contexto de esta plegaria está es la Palabra de Dios, y es a través de ella que podemos obtener entendimiento.
En esencia lo que está pidiendo es que Dios le muestre lo que es bueno y malo, lo que es agradable a Dios, la manera de responder a las situaciones diarias de acuerdo a su Palabra. Esto debe ser nuestra plegaria cada día a Dios. Y debemos pedir entendimiento en TODO no solo en lo que nosotros consideramos importante. Nuestro caminar en Cristo no está basado en nuestra propia opinión, en nuestro propio conocimiento, en nuestra propia prudencia sino en su Palabra.
¿Porqué? Porque nuestra sabiduría no alcanza la sabiduría de Dios. 1 Cor. 1:20-25 Dios nos ha rescatado del pecado en su totalidad para que le sirvamos con la totalidad de nuestra persona dependiendo de Él cada día.
Esto es mi plegaria a Dios cada mañana. Ruego que Dios me de su entendimiento para poder sabe lo que Él desea que haga hoy. Hay muchas demandas diarias, pero no todas esas demandas son las que Dios quiere para mi. Debo pedir su entendimiento para determinar que es lo que Él quiere para mi.
¿Es esta tu plegaria de oración cada día o vives para tus deseos y planes? ¿Vives siguiendo tu propia sabiduría o dependiendo totalmente en la guía del Señor a través de su Palabra?
C. ¡Líbrame! v. 170
“Llegue mi oración delante de ti;
Líbrame conforme a tu dicho.”
La idea de este versículo es muy similar al anterior excepto que la intensidad no es la misma. Es interesante porque la oración hecha es para que Dios cumpla con sus promesas. Debería poseer más intensidad porque hay algo tangible que espera de Dios. Pero no es así. El salmista clama porque quiere estar delante de la presencia de Dios, pero ora para que Dios le sea fiel a lo que ha dicho que hará.
Esto requiere fe. Sin fe es imposible agradar a Dios dice la Escritura. Pero esta fe esta arraigada en lo que Dios ha dicho en su Palabra. Cuando nos acercamos a Él. pidiéndole algo debemos no solo pedir lo bueno sino pedir con fe.
Santiago nos dice que muchos de nosotros no recibimos la respuesta que pedimos a Dios porque le pedimos lo que no es bueno. Dios nunca te dará algo que no es conforme a su Palabra. No pierdas tu tiempo. No lo pidas a Dios que apruebe tus mentiras. No pidas a Dios que aprueba tu vida inmoral. No pidas a Dios que apruebe tu egoísmo. No pidas a Dios que apruebe tu lujuria. No pidas a Dios que apruebe tu codicia. Dios no te concederá lo malo. Dios te responderá a lo que es “conforme a su dicho”. Si pides lo malo no has entendido el porque te salvó el Señor.
Dios promete liberarte del pecado. Dios promete liberarte del maligno. Dios promete darte salvación completa. ¿Estás pidiendo esto cada día?
Esto lleva al salmista a adorar a Dios con un corazón lleno de gratitud.
2. ¡TeAdoro! vv. 171-172
A. ¡Con mis labios por lo que me enseñas! v. 171
“Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.”
El salmista dice que sus labios expresaran alabanza a Dios no cuando reciba lo que él quiere sino cuando Dios le enseñe sus “estatutos”.
Dios quiere que de nuestros labios rebosen alabanzas y adoración basada en su verdad. Nuestro Señor dijo que los verdaderos adoradores de Dios lo hacen en “espíritu y en verdad”. Juan 4:24
La adoración de labios que no está basada en la verdad de Dios es anatema delante de Dios. Es igual a lo que los hijos de Aarón hicieron en Lev. 10:1-2
Prácticamente esto significa que, si vivimos en desobediencia a Dios y a su Palabra y le ofrecemos adoración, esta adoración es en vano. No sirve de nada.
Si no le has dado tu vida a Cristo tu adoración no será válida ya que no está de acuerdo a la verdad de Dios. Es cuando crees la verdad de que Cristo murió por ti, para salvarte, darte perdón, y crees por fe es que podrás adorar a Dios.
Cuando adoramos a Dios aquí todos como iglesia debe ser basado en la Verdad que Dios nos ha enseñado. Todo lo que sale de nuestra boca debe ser de acuerdo a lo que Dios ha dicho. Si nuestra vida no está “sincronizada” a su Palabra nuestra adoración es inútil y vana.
En estos días he estado usando algunas oraciones escritas en el libro de Oración Común. Estas se han usado a través de la historia de la iglesia. Estas oraciones son valiosas ya que son bíblicas. Sin embargo, el uso rutinario y maquinaria de ellas lleva a una adoración superficial de la cual debemos tener cuidado. Debemos adorar de acuerdo a la verdad de Dios, pero debe ser en “espíritu”. Nuestro espíritu debe ser guiado a la presencia de Dios a través de su verdad.
Siguiendo esta idea el salmista dice que adora conforme a la “palabra justa” de Dios.
B. ¡Con mi lengua por tu palabra justa! v. 172
“Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.”
La semana pasada Samuel habló sobre la Santa Cena. Esta es una de las maneras en que adoraos a Dios. La iglesia de Corinto celebraba esta ordenanza, pero no de acuerdo a los mandamientos justos del Señor. Lo estaban haciendo en “carne” pecaminosa. Pablo los corrige por esto. Dios los tuvo que disciplinar quitándoles la vida a algunos de ellos. Todo tiene su limite. Si no adoramos a Dios conforme a los mandatos justos de Dios corremos este mismo riesgo.
¿Cómo adorar a Dios, lo adoras conforme a su verdad justa? Tu hablar es un acto de adoración a Dios y cuando lo haces debe ser de acuerdo a sus mandamientos que son justicia. ¿Hablas de acuerdo a sus mandamientos justos o ni siquiera piensas en ello?
El salmista ya ha rogado que Dios le escuche porque quiere estar cerca de Él, quiere su guía y ayuda. El también ya ha adorado a Dios se acuerdo a su Verdad y ahora pide ayuda a Dios. De esto se trata la siguiente entrada.
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