Todos queremos cambiar. Queremos que Dios nos cambie, pero esto no es automático. Pero cuando consideramos nuestro caminar espiritual, que afecta todos los aspectos de nuestras vidas, se vuelve más complicado. Cuando tomamos en cuenta nuestros deseos pecaminosos y como nos afectan, nos impiden el cambio, y nos asechan cada momento, es que tenemos que reconocer que nosotros no podemos hacerlo solo. Solo Dios puede hacerlo a través de su poder en nosotros. Para esto, debemos de creer en Cristo como nuestro Señor y Salvador. El te perdona, te limpia y te da un nuevo corazón con nuevos deseos. Deseos de hacer lo que agrada a Dios. Además nos da su Espíritu, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos, para poder vivir la vida cristiana. De aquí en adelante, los cambios se llevan a cabo dependiendo de Él cada momento. Es difícil pero no imposible.
Este parte del Salmo 119 “He” nos enseña cómo debemos pedir que Dios nos cambie para poder ser obedientes a Él hasta el final de nuestra jornada espiritual como peregrinos. Es una continuación de la sección anterior (Dalet) donde el salmista se encontraba deprimido y se sentía impotente. Ahora clama a Dios para que le cambie.
Este debe ser nuestro deseo. Debe ser como el deseo de San Pablo en 2 Tim. 4:6-8. Queremos terminar bien nuestra jornada como hijos de Dios. Pero para esto debemos saber que envuelve en este caminar. Envuelve cambios. De esto nos enseña este pasaje.
Los primeros cinco versículos expresan este deseo, y los siguientes tres versículos pide a Dios que le transforme para no ser seducidos en acciones y comportamiento equivocado contrario a la voluntad de Dios. El salmista lo escribe en forma de imperativos o mandatos. Esto indica la seriedad y el compromiso de su petición al Señor.
Nuestro deseo de ser transformados incluye que pidamos a Dios ser comprometido a su verdad vv. 33-35
¿Qué es lo que pide el Salmista a Dios para estar comprometidos a su Verdad? Pide tres cosas:
1. Ser Enseñable v. 33
“Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.”
El salmista pide que el Señor le enseñe el significado de su verdad, o lo que es su voluntad.
¿Qué significa tener una espíritu enseñable? Es estar consciente, admitir que yo no lo se todo y que hay mucho que otros pueden enseñarme. Esto significa que hay ocasiones en las que yo debo quedarme callado y no hablar pretendiendo que lo se todo. Además hay que dejar que la otra persona nos enseñe.
Billy Graham el evangelista murió estas semana. El viernes fue su servicio. Una de las cualidades que uno de sus hijos dijo que poseía era que era enseñable. Alguien tan importante y reconocido como el. Reconocía que el Señor le podía enseñar a través de otros. Esta es la actitud correcta hacia la verdad de Dios. Es lo que el salmista pide.
Nosotros no lo sabemos todo y por esto debemos dejar que Él nos guíe en sus caminos a través de su Palabra. Si no hacemos esto y simplemente pedimos que nos guíe estamos en error. Dios nos ha hablado a través de su Palabra, nos ha dado sus “estatutos” a través de ella. Nuestro deber es aprenderlos, ponerlos en nuestro corazón y pedir que el Señor nos enseñe el significado para nuestras vidas (cómo se aplica a nuestras vidas) y nos muestre SU camino delineado en su Palabra.
Muchos de nosotros preferimos la ruta fácil de buscar la opinión de otros o aun buscar una respuesta mística de parte de Dios. Pedimos que Dios alinee todo como para así darnos cuenta de su voluntad. Esto nos lleva a fuera de su voluntad que al fin de cuentas termina siendo el camino largo. Billy Graham le dijo con mucho amor a una mujer que se había divorciado, “Amy, tengo hijos y nietos que aman al Señor...algunos han tomado el camino largo a casa.”
"y lo guardaré hasta el fin"
Buscamos ser guiados por Dios a través de su verdad con la intención de hacer lo que nos manda, no una vez sino toda la vida.
Esta intención requiere un compromiso resoluto.
Cuando decides seguir a Cristo como su discípulo no es para hacer lo mínimo y así entrar al cielo. No fuiste salvo para que seas mediocre y sigas igual, o para que te rindas porque las cosas no van bien.
El salmista pide a Dios un compromiso hasta el fin de su jornada en este mundo. Ya llevo más de 30 años y a veces se me hace muy difícil, las luchas espirituales son intensas, y pido al Señor que me ayude a perseverar hasta el fin. Eso quiero, eso deseo, eso oro al Señor.
Algo del Funeral de Billy Graham que me impactó y que me impresionó fue como vez tras vez se dijo de Él de como Cristo fue su vida todo momento aun hasta el fin de su vida de 92 años. Su identidad no fue su identidad popular pública sino en Jesucristo. Cada oportunidad que tenía, ya sea en una cruzada evangelística o en persona, compartía que Cristo había muerto, resucitado para darnos la salvación. Billy Graham fue obediente hasta el final. ¡Gloria a Dios! ¡Qué ejemplo para nosotros!
¿Tienes un corazón enseñable hacia la Palabra de Dios? ¿Tienes esta actitud cuando la lees o la estudias?
2. La segunda cosa que pide para ser comprometido a la verdad es hay que tener discernimiento v. 34
“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.”
No solo queremos que nos enseñe sus caminos sino que nos de discernimiento, la habilidad de reconocer lo que es bueno o malo.
La idea es de tener discernimiento hacia la Palabra de Dios. Discernir lo que Dios dice en su Palabra para vivir la vida de acuerdo a ella. Esa es la intención.
Este versículo es paralelo al versículo 33b. EL deseo o la intención es de “guardar”, de hacer, de cumplir lo que Dios manda. Pero añade de todo corazón. Una vez más reitera el compromiso con el Señor. No estamos hablando de sentimientos sino de toda tu voluntad, tus deseos, y aun tus emociones canalizadas hacia la intención de hacer lo que Dios te muestra como su voluntad.
¿Pides a Dios este discernimiento para cumplir su ley de todo corazón?
La tercer cosa que pide para ser comprometido a la verdad de Dios es:
3. Ser Guiado v. 35
“Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.”
Esto quiere decir que debemos pedir, “Señor guíame, dirígeme en la conducta, el comportamiento, la manera de vivir que tu has mandado.”
Seguimos esa ruta trazada por Dios. Esa ruta tiene direcciones específicas. Cuando hay que ir a escalar generalmente se sigue una ruta marcada. En algunas ocasiones se amarran cuerdas de color a los árboles para mostrar la ruta. Sin esto es posible perderse porque todo parece tan similar.
En la ruta de este mundo en que vivimos todo parece ser igual. El cristiano a menudo sigue esa ruta y se pierde porque no sigue lo que Dios ha marcado como su senda. Debes seguir las “pautas” o sus “leyes” para poder vivir como peregrinos en este mundo.
Este parte del Salmo 119 “He” nos enseña cómo debemos pedir que Dios nos cambie para poder ser obedientes a Él hasta el final de nuestra jornada espiritual como peregrinos. Es una continuación de la sección anterior (Dalet) donde el salmista se encontraba deprimido y se sentía impotente. Ahora clama a Dios para que le cambie.
Este debe ser nuestro deseo. Debe ser como el deseo de San Pablo en 2 Tim. 4:6-8. Queremos terminar bien nuestra jornada como hijos de Dios. Pero para esto debemos saber que envuelve en este caminar. Envuelve cambios. De esto nos enseña este pasaje.
Los primeros cinco versículos expresan este deseo, y los siguientes tres versículos pide a Dios que le transforme para no ser seducidos en acciones y comportamiento equivocado contrario a la voluntad de Dios. El salmista lo escribe en forma de imperativos o mandatos. Esto indica la seriedad y el compromiso de su petición al Señor.
Nuestro deseo de ser transformados incluye que pidamos a Dios ser comprometido a su verdad vv. 33-35
¿Qué es lo que pide el Salmista a Dios para estar comprometidos a su Verdad? Pide tres cosas:
1. Ser Enseñable v. 33
“Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.”
- La petición de ser enseñado v. 33a
El salmista pide que el Señor le enseñe el significado de su verdad, o lo que es su voluntad.
¿Qué significa tener una espíritu enseñable? Es estar consciente, admitir que yo no lo se todo y que hay mucho que otros pueden enseñarme. Esto significa que hay ocasiones en las que yo debo quedarme callado y no hablar pretendiendo que lo se todo. Además hay que dejar que la otra persona nos enseñe.
Billy Graham el evangelista murió estas semana. El viernes fue su servicio. Una de las cualidades que uno de sus hijos dijo que poseía era que era enseñable. Alguien tan importante y reconocido como el. Reconocía que el Señor le podía enseñar a través de otros. Esta es la actitud correcta hacia la verdad de Dios. Es lo que el salmista pide.
Nosotros no lo sabemos todo y por esto debemos dejar que Él nos guíe en sus caminos a través de su Palabra. Si no hacemos esto y simplemente pedimos que nos guíe estamos en error. Dios nos ha hablado a través de su Palabra, nos ha dado sus “estatutos” a través de ella. Nuestro deber es aprenderlos, ponerlos en nuestro corazón y pedir que el Señor nos enseñe el significado para nuestras vidas (cómo se aplica a nuestras vidas) y nos muestre SU camino delineado en su Palabra.
Muchos de nosotros preferimos la ruta fácil de buscar la opinión de otros o aun buscar una respuesta mística de parte de Dios. Pedimos que Dios alinee todo como para así darnos cuenta de su voluntad. Esto nos lleva a fuera de su voluntad que al fin de cuentas termina siendo el camino largo. Billy Graham le dijo con mucho amor a una mujer que se había divorciado, “Amy, tengo hijos y nietos que aman al Señor...algunos han tomado el camino largo a casa.”
- La intención de ser obediente hasta el fin v. 33b
"y lo guardaré hasta el fin"
Buscamos ser guiados por Dios a través de su verdad con la intención de hacer lo que nos manda, no una vez sino toda la vida.
Esta intención requiere un compromiso resoluto.
Cuando decides seguir a Cristo como su discípulo no es para hacer lo mínimo y así entrar al cielo. No fuiste salvo para que seas mediocre y sigas igual, o para que te rindas porque las cosas no van bien.
El salmista pide a Dios un compromiso hasta el fin de su jornada en este mundo. Ya llevo más de 30 años y a veces se me hace muy difícil, las luchas espirituales son intensas, y pido al Señor que me ayude a perseverar hasta el fin. Eso quiero, eso deseo, eso oro al Señor.
Algo del Funeral de Billy Graham que me impactó y que me impresionó fue como vez tras vez se dijo de Él de como Cristo fue su vida todo momento aun hasta el fin de su vida de 92 años. Su identidad no fue su identidad popular pública sino en Jesucristo. Cada oportunidad que tenía, ya sea en una cruzada evangelística o en persona, compartía que Cristo había muerto, resucitado para darnos la salvación. Billy Graham fue obediente hasta el final. ¡Gloria a Dios! ¡Qué ejemplo para nosotros!
¿Tienes un corazón enseñable hacia la Palabra de Dios? ¿Tienes esta actitud cuando la lees o la estudias?
2. La segunda cosa que pide para ser comprometido a la verdad es hay que tener discernimiento v. 34
“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.”
- La Petición por Discernimiento v. 34a
No solo queremos que nos enseñe sus caminos sino que nos de discernimiento, la habilidad de reconocer lo que es bueno o malo.
La idea es de tener discernimiento hacia la Palabra de Dios. Discernir lo que Dios dice en su Palabra para vivir la vida de acuerdo a ella. Esa es la intención.
- La Intención de Hacer de TODO Corazón lo que Dios Me Enseña v. 34b
Este versículo es paralelo al versículo 33b. EL deseo o la intención es de “guardar”, de hacer, de cumplir lo que Dios manda. Pero añade de todo corazón. Una vez más reitera el compromiso con el Señor. No estamos hablando de sentimientos sino de toda tu voluntad, tus deseos, y aun tus emociones canalizadas hacia la intención de hacer lo que Dios te muestra como su voluntad.
¿Pides a Dios este discernimiento para cumplir su ley de todo corazón?
La tercer cosa que pide para ser comprometido a la verdad de Dios es:
3. Ser Guiado v. 35
“Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.”
Esto quiere decir que debemos pedir, “Señor guíame, dirígeme en la conducta, el comportamiento, la manera de vivir que tu has mandado.”
Seguimos esa ruta trazada por Dios. Esa ruta tiene direcciones específicas. Cuando hay que ir a escalar generalmente se sigue una ruta marcada. En algunas ocasiones se amarran cuerdas de color a los árboles para mostrar la ruta. Sin esto es posible perderse porque todo parece tan similar.
En la ruta de este mundo en que vivimos todo parece ser igual. El cristiano a menudo sigue esa ruta y se pierde porque no sigue lo que Dios ha marcado como su senda. Debes seguir las “pautas” o sus “leyes” para poder vivir como peregrinos en este mundo.
En la siguiente entrada hablaremos sobre las pautas o mandatos que debemos seguir.
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