Dios manda a un hombre de Dios a casarse con una mujer infiel, una mujer de mala reputación. Él lo hace y al principio todo iba bien. Dios les dio un hijo. Pero no mucho después del nacimiento del bebé, la esposa se siente oprimida, limitada, esclavizada y mientras su esposo está en su trabajo ella le es infiel vez tras vez. Todo lo mundo lo sabe excepto el esposo. Ella tiene otro hijo, una hija que no era del hombre de Dios. Luego ella tiene otro hijo varón. Pero esto no paró la infidelidad de su esposa. El esposo trató de evitar esto, advirtiéndole, amenazándole de quitarle su herencia, pero nada la hizo reaccionar. Le siguió siendo infiel y él la siguió perdonando y amando. Pero llegó por fin en una ocasión que ella le dijo, "Me voy. He encontrado mi verdadero amor. Nunca más volveré." El corazón del esposo se quebrantó. Él la amaba. Le dolía que ella escogiera el camino equivocado. Sabía que esto eventualmente le destruiría. Sus amigos le decían "¡Qué bueno que te deshiciste de esa mujer infiel! Ella se va de casa. Pero el la sigue amando y deseaba que volviera a casa y tomara su lugar como esposa y madre de sus hijos. Dios le pide al hombre que vaya y la busque y la traiga a casa. Le dice, "Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor ama a su pueblo." El hombre de Dios va y la busca, la encuentra, la redime (rescata) ya que era esclava y la trae de vuelta a casa.
Esta es una historia verdadera. Se encuentra en el libro de Oseas. Oseas era profeta de Dios que experimentó lo que se ha descrito. Dios es el esposo que ama, perdona y es fiel. Su pueblo Israel, es la mujer infiel.
Nos enseña del amor de Dios. Un amor persistente e inalterable. No es un amor pasivo. Es un amor activo que busca, salva y perdona. Lo sabemos claramente porque su Palabra nos lo dice. ¿Porqué nos busca?
Porque nos ama y porque estamos perdidos espiritualmente sin Él y sin su amor. Estamos en el camino equivocado y nosotros no podemos encontrarlo ni buscarlo debido a nuestro pecado. Rom. 3:10-11 nos dice que no hay justo, ni aun uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Así que Dios tiene que hacer algo. Nos busca y persigue con su amor. ¿Cómo?
La Biblia dice que Dios nos amó tanto que hizo algo al respecto. Nos envió o dio a su Hijo. Jesús mismo dijo que él había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Tu y yo. Dios lo envió para mostrarnos su amor muriendo en la cruz, siendo sepultado y resucitando al tercer día y así vencer el pecado y a Satanás mismo. Ahora él te invita a recibir ese amor, a Cristo, por fe en tu corazón como la gran expresión de su amor. Y la aventura de la fe comienza. No termina allí. El amor persistente e incambiable te sigue aún más.
Esta sección "vau" o "vav" comienza con la letra que corresponde a "y" para nosotros. Gramáticamente es algo que evitamos cuando escribimos. Pero el salmista usa "y" para conectar el amor ("jesed") persistente e inalterable de Dios con nuestra vida. El amor de Dios produce resultados en cada momento y cada circunstancia de nuestra vida. No hay nada que se compare a este amor ni que pueda producir lo que produce el amor persistente e incambiable de Dios.
¿Cómo es este amor persistente, inalterable? El salmista comienza con "y venga" para conectar todo lo que ya ha hablado en los primeros cuarenta versículos. Es por esto que puede decir los siguiente que escribe. Puede decir que hay tres características del amor persistente e inalterable de Dios. Hablaremos de la primera en este ensayo.
Está Basado en su Verdad Incambiable vv. 41
1. El Amor de Dios Nos Persigue v. 41a
"Venga a mí tu misericordia, oh Jehová"
La idea de la palabra "venga" es que el amor persistente e inalterable de Dios viene con fuerza. Viene persiguiendo a la persona. Es ese amor que va en busca de nosotros como Ósea va en busca de Gómer su esposa infiel.
Recordando mi niñez me doy cuenta como el amor de Dios me persiguió. No crecí en un hogar religioso, era nominalmente católico. Pero estoy seguro que el amor de Dios me perseguía. Cuando digo el amor de Dios, me refiero a Dios. Dios es misericordioso. Dios es amor. Dios es compasivo. Esta es la idea de este pasaje.
¿Cómo me persiguió su amor? A través de sueños donde me caía en un barranco sin fondo y despertaba con mucho miedo pensando que sería de mi después de la muerte. Recuerdo varios eventos donde fui donde se predicaba acerca del plan de Dios. Recuerdo cuando casi me ahogo en un río y me salvé subiendo a los hombros de un amigo. No fueron coincidencias. Creo que era el amor de Dios persiguiéndome. Si eres cristiano entiendes lo que digo. Si piensas un poco te darás cuenta como Dios de a perseguido con su amor persistente e inalterable.
Si no eres creyente. Piensa en esta mañana como Dios te ha estado persiguiendo con su amor. Quizás es cada domingo que escuchas el mensaje de salvación. Sabes que te ama, te llama que vengas y recibas su amor y tú lo ignoras. Sigues tu camino, el camino equivocado. Pero su amor es persistente e inalterable.
2. El Amor de Dios Que Nos Salva v. 41b
"Tu salvación"
"Y" viene algo más después de este perseguimiento.
"Tu salvación" dice el salmista. Dios te sigue, persigue, y busca con su amor para darte salvación. Él quiere darte la salvación eterna y puedas tener con Él una vida abundante. Una vida segura a su lado gozando de su presencia, de su amor, de su perdón, de su bendición. Una vida como Él siempre ha querido darte. Es por esto que su amor te persigue, pero también no solo esto.
3. El Amor de Dios está Basado en su Palabra 41c
"Conforme a tu dicho"
Y esta salvación (la palabra es "teshuah" de dónde proviene "yeshua" o Jesús) está basada en lo que él ha dicho, lo que ha prometido. Y siendo Dios, Él no miente. Todo lo que él te ha prometido de acuerdo a su Palabra se cumplirá.
Dios le dio a Abraham la promesa de salvación. A través de él traería al Salvador, a nuestro Señor Jesucristo. Y por la fe en Él vendríamos a tener la salvación. Abraham creyó miles de años antes por medio de la fe. Rom. 4:18, 20, 22-25
Dios cumplió su promesa de salvación. Una prueba de que fue conforme a su dicho eres tu hoy día que has creído en Cristo como tu Salvador. ¡Sucedió como él dijo! Él te prometió darte salvación por la fe en Cristo, perdonarte tus pecados, darte libertad espiritual, y tener una relación con Él. ¡Él lo hizo y eres prueba de que su amor es persistente, inalterable, incambiable de Dios!
Puedes estar seguro que cumplirá TODAS las demás promesas que te ha hecho.
Si no has dado tu vida a Cristo y no has experimentado ese amor, ¡hoy puede suceder si le dejas!
Esta es una historia verdadera. Se encuentra en el libro de Oseas. Oseas era profeta de Dios que experimentó lo que se ha descrito. Dios es el esposo que ama, perdona y es fiel. Su pueblo Israel, es la mujer infiel.
Nos enseña del amor de Dios. Un amor persistente e inalterable. No es un amor pasivo. Es un amor activo que busca, salva y perdona. Lo sabemos claramente porque su Palabra nos lo dice. ¿Porqué nos busca?
Porque nos ama y porque estamos perdidos espiritualmente sin Él y sin su amor. Estamos en el camino equivocado y nosotros no podemos encontrarlo ni buscarlo debido a nuestro pecado. Rom. 3:10-11 nos dice que no hay justo, ni aun uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Así que Dios tiene que hacer algo. Nos busca y persigue con su amor. ¿Cómo?
La Biblia dice que Dios nos amó tanto que hizo algo al respecto. Nos envió o dio a su Hijo. Jesús mismo dijo que él había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Tu y yo. Dios lo envió para mostrarnos su amor muriendo en la cruz, siendo sepultado y resucitando al tercer día y así vencer el pecado y a Satanás mismo. Ahora él te invita a recibir ese amor, a Cristo, por fe en tu corazón como la gran expresión de su amor. Y la aventura de la fe comienza. No termina allí. El amor persistente e incambiable te sigue aún más.
Esta sección "vau" o "vav" comienza con la letra que corresponde a "y" para nosotros. Gramáticamente es algo que evitamos cuando escribimos. Pero el salmista usa "y" para conectar el amor ("jesed") persistente e inalterable de Dios con nuestra vida. El amor de Dios produce resultados en cada momento y cada circunstancia de nuestra vida. No hay nada que se compare a este amor ni que pueda producir lo que produce el amor persistente e incambiable de Dios.
¿Cómo es este amor persistente, inalterable? El salmista comienza con "y venga" para conectar todo lo que ya ha hablado en los primeros cuarenta versículos. Es por esto que puede decir los siguiente que escribe. Puede decir que hay tres características del amor persistente e inalterable de Dios. Hablaremos de la primera en este ensayo.
Está Basado en su Verdad Incambiable vv. 41
1. El Amor de Dios Nos Persigue v. 41a
"Venga a mí tu misericordia, oh Jehová"
La idea de la palabra "venga" es que el amor persistente e inalterable de Dios viene con fuerza. Viene persiguiendo a la persona. Es ese amor que va en busca de nosotros como Ósea va en busca de Gómer su esposa infiel.
Recordando mi niñez me doy cuenta como el amor de Dios me persiguió. No crecí en un hogar religioso, era nominalmente católico. Pero estoy seguro que el amor de Dios me perseguía. Cuando digo el amor de Dios, me refiero a Dios. Dios es misericordioso. Dios es amor. Dios es compasivo. Esta es la idea de este pasaje.
¿Cómo me persiguió su amor? A través de sueños donde me caía en un barranco sin fondo y despertaba con mucho miedo pensando que sería de mi después de la muerte. Recuerdo varios eventos donde fui donde se predicaba acerca del plan de Dios. Recuerdo cuando casi me ahogo en un río y me salvé subiendo a los hombros de un amigo. No fueron coincidencias. Creo que era el amor de Dios persiguiéndome. Si eres cristiano entiendes lo que digo. Si piensas un poco te darás cuenta como Dios de a perseguido con su amor persistente e inalterable.
Si no eres creyente. Piensa en esta mañana como Dios te ha estado persiguiendo con su amor. Quizás es cada domingo que escuchas el mensaje de salvación. Sabes que te ama, te llama que vengas y recibas su amor y tú lo ignoras. Sigues tu camino, el camino equivocado. Pero su amor es persistente e inalterable.
2. El Amor de Dios Que Nos Salva v. 41b
"Tu salvación"
"Y" viene algo más después de este perseguimiento.
"Tu salvación" dice el salmista. Dios te sigue, persigue, y busca con su amor para darte salvación. Él quiere darte la salvación eterna y puedas tener con Él una vida abundante. Una vida segura a su lado gozando de su presencia, de su amor, de su perdón, de su bendición. Una vida como Él siempre ha querido darte. Es por esto que su amor te persigue, pero también no solo esto.
3. El Amor de Dios está Basado en su Palabra 41c
"Conforme a tu dicho"
Y esta salvación (la palabra es "teshuah" de dónde proviene "yeshua" o Jesús) está basada en lo que él ha dicho, lo que ha prometido. Y siendo Dios, Él no miente. Todo lo que él te ha prometido de acuerdo a su Palabra se cumplirá.
Dios le dio a Abraham la promesa de salvación. A través de él traería al Salvador, a nuestro Señor Jesucristo. Y por la fe en Él vendríamos a tener la salvación. Abraham creyó miles de años antes por medio de la fe. Rom. 4:18, 20, 22-25
Dios cumplió su promesa de salvación. Una prueba de que fue conforme a su dicho eres tu hoy día que has creído en Cristo como tu Salvador. ¡Sucedió como él dijo! Él te prometió darte salvación por la fe en Cristo, perdonarte tus pecados, darte libertad espiritual, y tener una relación con Él. ¡Él lo hizo y eres prueba de que su amor es persistente, inalterable, incambiable de Dios!
Puedes estar seguro que cumplirá TODAS las demás promesas que te ha hecho.
Si no has dado tu vida a Cristo y no has experimentado ese amor, ¡hoy puede suceder si le dejas!
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