En este pasaje Pablo continúa explicando como la elocuencia humana que los Corintos consideraban poderosa y de la cual se habían enamorado no es la base de nuestra fe. Ya les ha mostrado que con la sabiduría humana no se puede conocer a Dios y hace vana la cruz de Cristo. No son las palabra o la elocuencia humana la base de nuestra fe en Cristo. Ya les demostró que Dios escogió a lo necio del mundo a través de la locura de la cruz. Todo esto opuesto a lo que ellos consideraban como poderoso.
En esta sección Pablo les recuerda su mismo ejemplo cuando llegó por primera vez a Corinto, no fue predicando con su elocuencia o su sabiduría. Al contrario, su presentación del evangelio fue lo opuesto. No usó el criterio o el manual de los Sofistas sino con mucho temor y temblor, pero con el poder de Dios les presentó el mensaje de la cruz de Cristo. Ese es el fundamento en el cual ellos han sido establecidos. Ese debe ser el fundamento de nuestra fe. Este es el único fundamento en el cual debemos de seguir edificando nuestras vidas.
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