Es en la formación de la iglesia en el Nuevo Testamento que encontramos la teología clara de la resurrección. Cristo prometio vida eterna a todos los que creen en Él. Al morir, el alma o espíritu estará con Él. Pero la resurrección de los muertos para reincorporarse con sus almas o espíritus es la esperanza del creyente de la cual habla Pablo en 1 Corintios 15.
Pablo usa cuatro analogías para ilustrar como serán. Las primeras dos analogías que miramos fueron la de la semilla que muere y la segunda de cuerpos, o estructuras como la de los animales y los cuerpos celestiales. Hoy estudiaremos dos más. Una de ellas, la de representantes es más conceptual; la segunda es una más tangible.
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