Mi hermano en Cristo Hugo comparte una reflexión de fin de Año:
Faltan unas horas para terminar el 2017, las redes sociales se saturan con millones de mensajes acerca del año por terminar, en las tiendas se venden muchas cosas relacionadas con el fin de año.
Faltan unas horas para terminar el 2017, las redes sociales se saturan con millones de mensajes acerca del año por terminar, en las tiendas se venden muchas cosas relacionadas con el fin de año.
Los"hashtags"
seguramente más utilizados son #compartiendo #nuevoaño #graciasDios
#bienvenido2018 #Bendecidos. Fotos que vienen y van, pero siempre son fieles
testigos de que el tiempo pasa.
Esta
semana mi cuñada le regalo a Isabella, mi hija mayor un libro llamado Cuentos de Buenas
Noches para Niñas Rebeldes. El libro tiene cuentos de
mujeres reales, muy lejos de Blanca Nieves, La Sirenita, Cenicienta, Ariel,
Bella, Pocahontas, Mulan, Rapunzel y muchas más. Me encanto este regalo
pues con tanta tecnología en nuestras manos, la vida real parece definirse en
una foto y el hashtag del momento. Pero es así como funciona ahora gran parte
de nuestra vida. Las señales de humo pasaron y él envió de cartas está a solo
un clic.
Pero
este año, para mí, fue totalmente diferente ya que fue un año real. Deje atrás
los devocionales de 30 segundos, decidí quitarme los años de experiencia en el
ministerio, subí menos fotos perfectas, deje de hablar tanto y pude hacer más.
No pensé en los ¨like¨ que las personas pueden poner a mi vida en redes
sociales, ore mucho más y dije menos: "orare por ti".
Decidí
vivir una vida Cristo-Céntrica dejando atrás mi egoísmo, estatus,
soberbia, incredulidad, falta de fe, inseguridad y muchas cosas más, en las que
aún sigo trabajando. También este año pude perdonar, restaurar y disfrutar del
resultado de hacerlo. Este año hice tres viajes internacionales y uno acá
en mi país de residencia. Fui a la Capital del mundo New York donde pude otra
vez percibir aún más la necesidad que el mundo tiene de Cristo, sin importar
raza, etnia y color.
Este
año, no fue como los otros, donde los iniciaba súper bien, pero ya en febrero
estaba bajando los brazos. Este año como lo mencioné unos renglones atrás, viví una
vida real y esto me llevo a pensar más en lo que hago diariamente. Mis
decisiones fueron enfocadas en Cristo, invertí mi tiempo más en Él. Mi familia
pudo ver un esposo y padre más responsable en su función de hombre y esto
me lleva a concluir que cada año que finaliza o inicia debemos arriesgarnos a
vivir una vida Cristo-céntrica. Debemos tener claro que vivir una vida en Él no
significa que todo estará perfecto. Si hay una cosa que me llena de gozo al
terminar este 2017 es que decidí vivir en Él y para Él.
Tuve la oportunidad de compartir La Palabra de Dios en nuestra iglesia |
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