Otra característica de la cultura hispana, que a menudo se malinterpreta es la pasión. Esto no se limita a lo que asociamos con el romance (Después de todo la lengua española es parte de las lenguas romances) sino más en general y cómo viven la vida. Esta o pasión se puede ver de muchas maneras. Por ejemplo, en los entornos sociales los hispanos tienden a hablar en voz alta, escuchar música fuerte e interactuar de una manera muy animada. No es grosero hablar entre sí o tener debates o discusiones animadas. Esto no es ofensivo. Sale de su pasión por la vida. También se puede ver en deportes como el futból (fútbol). Su pasión es evidente, algunos hasta el punto de renunciar a cualquier cosa (como la iglesia) por ello (en Estados Unidos también hay pasión por los deportes, pero en mi opinión no es un rasgo personal general).
Los hispanos son personas del corazón. Desde muy temprano en la vida, los hispanos aprender a pensar no sólo con sus mentes, sino también a expresarse con sus corazones. Las emociones son parte de ella. Las novelas tienen éxito en América Latina, gracias a la pasión que implican. Hay emociones fuertes y drama que atrae a los hispanos incluso si la misma trama se repite una y otra vez en cada una de ellas.
La pasión del hispano a menudo puede ser malinterpretada por la cultura estadounidense. Se puede considerar desequilibrado cuando una persona se expresa emotivamente en una discusión o cuando se expresan convicciones con pasión. Pueden ser vistos como insistentes o intolerantes cuando expresan sus puntos de vista de una manera muy contundente. Este no es el caso. Esto es sólo un reflejo de dónde está su corazón y lo que considera importante.
Al llegar a los hispanos para compartir el Evangelio es importante mostrar pasión. Un hispano que ve a una persona apasionada por lo que cree envía un mensaje fuerte. Les muestra que esto es algo valioso. Al presentar la invitación a creer en Cristo, se debe comunicar que esto se hace con el corazón. Entienden lo que esto significa. Nuestros servicios cristianos deben tener una adoración viva que involucre el corazón y muestre nuestro amor por Cristo (¿No debería ser este el caso de todos los que creen en Cristo? Después de todo, tenemos las mejores noticias que cualquiera podría esperar). La predicación efectiva es la que proviene del corazón y a menudo incluye historias. Sin embargo, tampoco queremos sustituir la pasión y las buenas historias por la verdad. La verdad de Dios debe presentarse de manera dinámica y nunca sustituirse por una buena presentación. También es necesaria una interacción dinámica en la congregación. Ser pasivo no es una alternativa para llegar a los hispanos.
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