Featured Post

Tyler Morning Telegraph - Galdámez brings church planting, education experience to Grace Español

Here are two articles written by Emily Guevara ( Twitter: @TMTEmily)  on our background and on  Grace Español .   Tyler Morning Telegraph...

Sunday, October 21, 2018

Trabajando Nuestra Salvación - Filipenses 2:12-30 - Primera parte

Dios nos llamó para que crezcamos en Cristo, para que trabajemos o nos ocupemos en nuestra salvación y no para quedarnos estancados.

Pablo comenzó comienza esta sección diciendo “por tanto” lo cual es referencia a Filipenses 1:27 que dice, “solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo…” indicando la manera en que debemos vivir ante el mundo. Después de haber hablado sobre la unidad de la iglesia ahora vuelve a la manera que la iglesia debe vivir.

Habiendo presentado un himno  de cómo nuestro Señor Jesucristo se humanó, tomó forma de siervo, se humilló hasta la muerte, muerte de cruz y como Dios lo exaltó como Señor, Pablo presenta como debe afectar la vida práctica del cristiano en el mundo.

Cristo es el Señor de todo y algún habrá una confesión y adoración personal universal de toda su creación. El Señorío de Cristo en nuestra vida debe de ser una realidad para ayudarnos en el crecimiento, el desarrollo, el trabajo de nuestra salvación. Pero muchas veces no sucede.

Conocemos a Cristo pero no crecemos en Cristo. Conocemos a Cristo pero nos le damos el señorío completo de nuestra vida. ¿Qué sucede? Vivimos vidas espirituales apáticas y letárgicas. Vivimos de domingo a domingo tomando migajas para nutrir nuestra vida espiritual. Nos sentimos frustrados con nuestra vida. En algunos caso, hay caos moral y aun familiar.

En la iglesia, somos personas quejumbrosas, perezosas y cuando hacemos algo lo hacemos con mala actitud.  Todo nos molesta y somos “críticos profesionales”. Todo esto causa la falta de unidad que Pablo habla en Filipenses. Y no solo esto perdemos las oportunidades de compartir el evangelio con otros tanto por nuestro mal ejemplo como por nuestra falta de crecimiento.

Toma esfuerzo nuestro. Dios está envuelto en nuestra vida pero lo hace también con nuestros esfuerzos. No puedo cuantificar quién hace qué pero se que es verdad lo que Pablo dijo, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mi.” Pero también dijo, “Para mi el vivir es Cristo...” Parece una contradicción, “ya no vivo yo...” pero “yo vivo...”
No es una contradicción, los dos son ciertos.

En Filipenses 1:6 Pablo escribió:
“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

¿Qué significa trabajar u obrar por nuestra salvación?

Dios ha comenzado la obra de nuestra perfección, el proceso de nuestra completa salvación que incluye no solo ser como Cristo en nuestro carácter sino en la transformación de nuestros cuerpos. Nuestra salvación completa llegará cuando nos llegue la muerte y estemos con Cristo (Fil. 1:23) o cuando Cristo venga por nosotros (Fil. 2:16)  y nos transforme (Fil. 3:20-21; Rom. 13:11-12). Aunque Dios lo ha comenzado en nuestra vida no es acto sin nuestra participación. No es para que nos quedemos parados como iglesia sin hacer nada. Debemos vivir como ciudadanos del cielo. Fil. 3:20 Esto es el tema que Pablo desarrolla en este texto.

Hay cuatro elementos que deben ser parte de nuestro trabajo espiritual para crecer en nuestra salvación, nuestro proceso de perfección, santificación hasta llegar a ser como Cristo. Estos no son elementos que se hacen una vez sino que son progresivos y son parte de nuestra vida diaria.

I. Obediencia a Cristo vv. 12-13

La obediencia tiene dos aspectos, una nuestra y una de Dios.

A. Lo que hacemos: ocupándonos en nuestra salvación v. 12
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”

Lo hacemos en tres maneras:

1. Obediencia en todo tiempo 
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia”

En la sección anterior miramos como nuestro Señor tuvo que aprender la obediencia. Su obediencia le llevo a la cruz para morir por nuestros pecados y así poder darnos la salvación. Su ejemplo de obediencia debe ser nuestro modelo.

Esta obediencia está relacionada con vivir el evangelio (Fil. 1:27). Debemos vivir para Cristo en todo momento y en toda circunstancia (Fil. 1:22).

Pablo les recuerda a sus “amados” que la obediencia no solo debe de ser cuando él está presente con ellos para mandarles. Sino que su obediencia debe ser en todo tiempo. Esto lo han estado haciendo según Pablo pero les recuerda que lo deben de hacer aún más en su ausencia.

Esto les recuerdo a mis hijos. Muchas ellos son obedientes cuando estoy con ellos. Pero tan pronto yo no estoy con ellos, piensan que son libres para hacer lo que ellos quieren. Esto no es obediencia.

2. Obediencia continua en una misma dirección
“ocupaos en vuestra salvación”

Este tipo de obediencia es una que es perseverante, que continua en la misma dirección hasta que llega a su destino. Nuestro Señor fue obediente y fue obediente hasta la cruz. Este camino de obediencia no fue fácil.
Para nosotros no lo será si seguimos fieles en la misma dirección.

Tengo mucho tiempo de no ir a escalar montañas. Pero en California fuimos varias veces. Escalamos una muy alta y recuerdo que mi hijo mayor estaba chico como de unos 9 o 10 años. Llegó pero iba hasta llorando. ¿Porqué? Porque las montañas tienen “switchbacks”  o curvas. Las curvas no permiten mirar la cima. Así que subimos y subimos y subes y cada vez es más difícil. Pensamos que nunca llegaremos. Lo “único” que hay que hacer es mirar tu camino enfrente, mantenerte en la dirección correcta y subir. Si uno para, tiene que ser breve, de otra manera entra el cansancio y se pierde la fuerza para seguir adelante.

Esto significa “ocuparse” de nuestra salvación. Esta palabra significa “producir”, “lograr” o “alcanzar” algo. Nuestra obediencia a Cristo producirá, logrará, alcanzará nuestra salvación eterna. Nos llevará hasta la perfección en Cristo. Este proceso dura toda la vida.
Esto va en contra de nuestra cultura. Nuestra cultura quiere todo rápido. Todo tiene que ser ya y llevar a resultados. Pero esto no funciona en nuestra caminar de fe. Hay cosas en mi vida que quiero que Dios las cambie ya. Yo pongo esfuerzo pero no veo que produce mucho. Pido a Dios que me cambie pero es un proceso.

¿Cómo podemos mantenernos en este camino sin desviar? 

Es como subir una montaña. Debes hacer varias cosas: Acondicionar tu cuerpo al camino y desarrollar estrategias que te ayuden a subir como mantenerte enfocado, hidratado, dar pasos lentos pero firmes, tener respiración adecuada, etc...

En el camino de la fe debes de desarrollar las disciplinas espirituales que te fortalecerán en el camino. Si no las tienes te quedarás sentado. Si las tienes pero no las mejoras, te costará más. Estas disciplinas incluyen la oración, el estudio, aplicación y memorización de las Escrituras, el ayuno, el descanso, y la comunión con otros creyentes. ¿Cómo están estas disciplinas en tu vida?

Recordemos esto, que esto fue escrito a la iglesia.
Así que, todos estamos juntos subiendo la montaña siendo obedientes en una misma dirección. Todos estamos “ocupándonos” de nuestra salvación colectivamente pero también individualmente. Juntos nos podemos animar a ser fieles en ocuparnos en nuestra salvación en obediencia continua en una misma dirección.

¿Qué sucede cuando juntos estamos ocupándonos de nuestra salvación siendo obedientes a Dios? Hay unidad. No hay tiempo para perder en lo trivial y secundario. Nos enfocamos en la meta y nuestro trabajo en el camino de ser y hacer discípulos.

3. Obediencia con humildad, respeto y honor
“con temor y temblor”

Esta obediencia debe llevarse de ocuparnos o trabajar nuestra salvación debe ser con “temor y temblor”.  La idea viene del Antiguo Testamento donde el temor a Jehová es parte de la obediencia. (Deut. 10:12). Pablo cuando predicaba, predicaba con “temor y temblor” (1 Cor. 2:3). La idea es que reconocemos que nuestra obediencia es delante de Dios que debe ser temido y honrado por su grandeza. Hay una reverencia intensa y honor merecido. De esta manera nosotros como iglesia debemos obedecer al Señor. Nuestro trabajar juntos nuestra salvación debe ser con este respeto y honor unos a otros porque Él está en nuestro medio. Siempre estamos delante de su presencia.

¿Te imaginas la clase de iglesia que seríamos si nos tratáramos con esa clase de respeto que honra a otros?
No nos imaginemos solamente. Obedezcamos a Dios.

B. Lo que Dios hace: produce el querer como el hacer
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” v. 13

¿Qué significa que Dios produce el querer como el hacer?

1. Dios nos da el poder para hacer
"Porque Dios es el que en vosotros"

Dios nos ha dado a cada uno su poder para ocuparnos de nuestra salvación.  Es a través de su Espíritu Santo que Dios nos ayuda a serle obediente. Este poder es el que nos impulsa.

2. Dios produce el querer y hacer en nuestra obediencia.
"produce así el querer como el hacer"

Pablo ha mandado a los Filipenses a ocuparse o trabajar su salvación en el versículo 12 pero según este versículo, esto viene de Él. Nuestro querer y hacer vienen de nuestra dependencia en Dios el cual obra en nuestra obediencia para hacer su voluntad. No podemos hacer nada separados de nuestro Señor (Juan 15:5; Salmo 127:1).

3. Dios produce su voluntad
"por su buena voluntad"

Literalmente este versículo lee “por buena voluntad”. No tiene el pronombre “su”. Lo cual indica que Dios produce su voluntad a través de nuestra obediencia. Recordemos que la voluntad de Dios es siempre buena y perfecta. Nunca tendremos resultados no deseados si somos obedientes.








Facebook        Twitter        Instagram        Sitio Web   Youtube

No comments: