Siguiendo el tema de la unidad en Cristo debemos mirar cual debe ser el enfoque de la unidad en la iglesia.
III. El enfoque de la unidad vv. 5-11
Esta sección ha sido llamada “El Himno de Cristo” por la manera poética (no en el sentido moderno) en que describe a Cristo desde su trono hasta la muerte hasta su exaltación. Es posible que esta parte fue usada como un himno Cristo-lógico durante la historia inicial de la Iglesia.
Este texto tiene dos posibles interpretaciones que nos ayudan a entender el texto:
1. Debemos tener la mente de Cristo.
Este punto de visto se enfoca en el aspecto moral del creyente. En otras palabras, este texto es ejemplo para nosotros seguir aunque no necesariamente en todo lo que es mencionado. Cristo es nuestro ejemplo para vivir en unidad si seguimos su actitud.
2. Debemos entender lo que hizo Cristo para poder vivir con el poder de Cristo.
Este punto de vista considera el texto como una proclamación teológica de la encarnación de Cristo y como su muerte, resurrección y exaltación es la base para nuestra transformación personal y para nuestra unidad en Cristo. Solo a través del poder de su resurrección podemos vivir la vida cristiana como iglesia (3:10)
La traducción literal del versículo 5 es,
“Piensen esto en ustedes
Que también en Cristo Jesús”
Es muy similar a la traducción del capítulo 4 versículo 2 (Filipenses 4:2) donde Pablo invita a Evodia y a a Síntique a que "vivan en armonía en el Señor." Pablo les invita a pensar igual en el Señor. Esto implica que es el Señor que nos da el poder para vivir en armonía o con una misma manera de pensar en Cristo. Cuando Cristo es nuestro enfoque la unidad será posible en la iglesia. Cuando el enfoque somos nosotros o lo que queremos, habrá falta de unidad.
Los siguientes versículos con tres estrofas cortas que contienen tres oraciones, cada una de ellas enfocadas en Jesucristo nuestro Señor nos muestra el enfoque de la unidad en la iglesia no solo como hemos aprendido que debe ser en nuestra vida individual. Recordemos esto otra vez, que solo cuando vivimos estas verdades juntos como iglesia es que harán impacto al mundo.
A. Su existencia eterna v. 6
Juan 1:1 habla de la eternidad del Verbo, del Hijo de Dios. Él ha existido eternamente.
1. Dios Hijo Eterno, el modelo perfecto de la humanidad v. 6a
“el cual, siendo en forma de Dios”
En el original comienza, "En forma de Dios existía". Esto significa que Jesucristo existía en forma o apariencia de Dios. Si lo contrastamos con su humanidad podemos decir que Jesucristo no tenía forma humana antes de su encarnación. El tenía los atributos de Dios y compartía su esencia. (J.B. Lightfoot, citado en el comentario Pillar). Jesucristo tenía externamente los atributos de Dios antes de humanarse. (Heb. 1:3) La siguiente frase lo clarifica diciendo que era "igual a Dios" pero no quiere decir que NO son dos personas distintas. Esto tampoco quiere decir que Cristo dejó de ser Dios al humanarse. El fue 100% Dios y 100% hombre.
Se puede hacer una comparación y contraste aquí. Cristo y Adán son diferentes, el primero siendo el modelo perfecto de la humanidad. El segundo, el modelo humano imperfecto.
a. Cristo, existía en forma de Dios. Adán fue creado a la imagen de Dios
b. Cristo, no se aferró el ser igual a Dios. Adán fue tentado a ser como Dios.
c. Cristo tomó forma humana. Adán se hizo esclavo al pecado.
d. Cristo fue obediente hasta la cruz. Adán recibió muerte por su desobediencia.
- Adaptado del Comentario Pillar.
En otras palabras, "la humanidad es una copia del original divino". Cristo es el original divino y solo Él nos puede salvar y restaurarnos ante Dios. Recuerda esto. No podrás con tus esfuerzos acercarte a Dios, es solo por Jesucristo, el perfecto Adán por el cual puedes ser restaurado para tener una relación con Dios. ¡No hay nadie en este planeta, ni hay una religión que te ofrezca esta seguridad, solo Jesucristo!
2. Su decisión
“no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” v. 6b
Siendo Dios, no consideró el hecho de ser igual que Dios como algo que debería "aferrarse" o algo que debería retener y así no llevar a cabo el plan de redención. Nuestro Señor no fue egoísta sino que voluntariamente dejo su dignidad gloriosa (no su divinidad, Él nunca dejó de ser Dios) para hacerse humano y salvarnos. ¡Que Dios tan dadivoso!
Esto es lo contrario que hizo adán y es lo que nosotros hacemos muchas veces. Pero no nuestro Señor, el no necesitaba nada de nadie. Y aunque no tenía necesidad de tener alguna ambición mostró que como Dios Hijo podía desprenderse de su esplendor para redimirnos.
Podríamos decir en forma de aplicación, que la falta de unidad viene cuando nosotros no queremos "despojarnos" de nuestros deseos, y somos ego céntricos. Cuando queremos que todo gire alrededor de nosotros, porque pensamos que somos importantes o que lo merecemos. Pensamos que perderemos algo pero olvidamos que el reino de Dios opera contrario a la forma nuestra. Es cuando damos que recibimos. Es cuando morimos al yo que realmente vivimos. Es cuando nos despojamos de nuestro egoísmo que experimentamos la unidad.
B. Su encarnación y humillación vv. 7-8
1. Su encarnación v. 7
“sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”
a. Lo que significa "despojarse"
Cristo dejó su forma externa esplendorosa y gloriosa que tenía juntamente con el Padre y tomó (la palabra "tomando" enfatiza el acto de que se humanó) forma humana, forma de siervo (mirar Juan 13:3-5).
Otra manera de decirlo es que Cristo escondió su divinidad en su humanidad, haciéndose siervo. Su divinidad fue limitada por su humanidad, temporalmente. Su tiempo en la tierra fue dedicado a servir a otros tomando forma humana.
b. Fue hombre pero no solo hombre
Como hombre se identificó y experimentó lo que es ser un humano pero sin pecado y sin dejar de ser Dios. El perfecto humano, sin pecado, fue "hecho semejante a los hombres" y llegó para salvarnos. Este es uno de los más grandes misterios de Dios. No podemos explicar adecuadamente la manera en que Dios Hijo se humanó pero nunca dejó su divinidad.
2. Su humillación v. 8
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
a. Se humilló
Cristo, no solo "tomó" (v. 7) la forma de un ser humano y siervo sino que también estando en esta "forma" o condición se humilló. El no se encarnó para venir como rey. Tenía todo el derecho de venir como Rey y reinar. Tenía todo el derecho de no salvar a nadie. Tenía todo el derecho de reclamar lo que era suyo desde el comienzo. Pero no hizo esto.
El nació en un hogar humilde, en un lugar humilde y vivió humildemente. Pero esto no fue todo. El tomó forma de siervo. Marcos 10:45 nos dice que vino "no para ser servido sino para servir y dar su vida por el rescate de muchos." "Se despojo" de su gloria y se humilló al hacerse hombre. Pero no paró todo allí.
Dios ama al humilde (Salmo 138:6) y su Hijo demostró su humildad desde su encarnación hasta su muerte en la cruz. Cristo es la encarnación de la humildad que Dios ama en nosotros. Esta es la misma humildad que debe de haber en su Iglesia (Fil. 2:3).
b. Obedeció hasta la muerte vil
Nuestro Señor no solo se humilló con el hecho de humanarse y tomar forma de siervo sino que se "humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz."
Su obediencia no fue una obediencia parcial al plan de Dios sino una obediencia hasta la muerte.
Hebreos 5:18 dice "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia."
En el huerto de Getsemaní Jesús oró al Padre, "Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." Lucas 22:41-42
En Juan 4:34 nuestro Señor dijo: "Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra."
Su muerte fue el acto supremo de sacrificio, no solo para cumplir la voluntad de Dios, sino para rescatar a muchos de sus pecados (Marcos 10:45; Gál. 3:13). Su muerte en nuestro lugar nos muestra el amor supremo que considera el bienestar de otros (nuestro bienestar eterno) antes que el personal ("ser igual a Dios como forma de aferrarse").
"Este himno celebra la muerte de un esclavo en la cruz, porque, aunque él es el que existe en forma de Dios, está en la cruz por su propia decisión deliberada de despojarse de si mismo y humillarse a si mismo." - Comentario de Filipenses, Pillar Commentary
Es de esta manera que su Iglesia debe vivir. Debe vivir no considerando su beneficio personal sino el beneficio de todos de una manera desinteresada. Esto lleva a la unidad.
C. Su exaltación vv. 9-11
1. Exaltado por Dios con un nombre sobre todo nombre v. 9
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”
De este punto en adelante no miramos a Cristo ofreciéndose y humillándose sino que Dios Padre entra en la escena. Dios el Padre le exalta. Le exalta porque se ha humillado. Su humillación ha sido reconocida y terminada. Ahora Dios lo pone en alto, el puesto más alto que puede dársele. Además le da un nombre "que es sobre todo nombre".
Esta exaltación tiene dos actos universales. Dios le otorga toda la adoración y una confesión o sumisión de toda su creación.
2. Merecedor de adoración universal v. 10
“para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”
El himno sigue explicando cómo Jesús al cual Dios le ha dado un nombre sobre todo nombre. Este nombre no se ha mencionado todavía sino que Pablo lo está dejando para el clímax de este himno. Como el exaltado por Dios, Jesús merece adoración universal por toda su creación.
3. Merecedor de confesión (sumisión) como Señor v. 11
“y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Pablo hace una referencia a Isaías 45:23-24. Es claro en este pasaje del Antiguo Testamento que solo Dios merece adoración universal como Señor y que esta adoración corresponde a Jesús como el Hijo de Dios, segunda persona de la trinidad que debe ser adorado por todos como Jesús El Señor.
En el contexto de los Filipenses era muy claro, Pablo sabía que el culto al emperador como "señor" era aceptado y propagado. Se esperaba que como buenos ciudadanos romanos rindieran confesión y adoración al emperador. Se creía que los dioses habían otorgado este derecho al emperador. En oposición directa a esta creencia, Pablo les dice que Dios ha exaltado a Jesús como "Señor" de todos. A él no solo se doblará toda rodilla sino que toda lengua confesará que "Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
No hay nada semejante como lo que nuestro Señor hizo. En la literatura o en las religiones no hay nada semejante y si lo hay son imitaciones. ¿Qué dios se hace hombre para ser humillado y darse para salvar a aquellos que le han injuriado con sus pecados? ¿Qué dios resucita de los muertos después de haber sido matado por su propia creación? ¿Qué dios rescata su creación pecadora e ingrata que no merece nada más que la condenación eterna? ¿Qué dios es declarado Señor del universo, merecedor de toda adoración? ¿Qué dios nos ofrece parte de su reino glorioso por toda la eternidad?
Solo nuestro Dios y nuestro Señor Jesucristo. Si no has doblado tus rodillas para rendirte ante Él y declararle tu Señor, hoy es ese día. Pero tienes la opción de esperar el día del juicio donde le confesarás pero será muy tarde para ser rescatado de tus pecados. Nuestro Señor se despojó de mucho para salvarte, pero tu te quieres seguir aferrando a tu orgullo cuando deberías inmediatamente doblegarte a su Señorío. ¡Arrepiéntete hoy!
Hagamos inventario de nuestra iglesia y nuestras vidas en relación con la iglesia.
1. ¿Tenemos la motivación de la unidad, la consolación, el amor, un profundo afecto, y compasión unos por otros?
mismo sentir en lo que Dios nos ha llamado a hacer?
2. ¿Tenemos un mismo sentir en cuanto a nuestra meta como creyentes? ¿Demostramos el amor de Cristo? ¿Tenemos armonía en nuestro enfoque de ser y hacer discípulos?
3. ¿Hacemos las cosas no para auto exaltarnos, creernos más, para presumir o hacemos todo con humildad mirando a otros como valiosos mirando cómo podemos servirles y animarlos en Cristo?
4. ¿Como iglesia dependemos en Cristo nuestro Señor en toda nuestra vida incluyendo nuestro servicio por causa del evangelio? ¿Nos estamos sometiendo a Él en vez de seguir nuestros deseos?
III. El enfoque de la unidad vv. 5-11
Esta sección ha sido llamada “El Himno de Cristo” por la manera poética (no en el sentido moderno) en que describe a Cristo desde su trono hasta la muerte hasta su exaltación. Es posible que esta parte fue usada como un himno Cristo-lógico durante la historia inicial de la Iglesia.
Este texto tiene dos posibles interpretaciones que nos ayudan a entender el texto:
1. Debemos tener la mente de Cristo.
Este punto de visto se enfoca en el aspecto moral del creyente. En otras palabras, este texto es ejemplo para nosotros seguir aunque no necesariamente en todo lo que es mencionado. Cristo es nuestro ejemplo para vivir en unidad si seguimos su actitud.
2. Debemos entender lo que hizo Cristo para poder vivir con el poder de Cristo.
Este punto de vista considera el texto como una proclamación teológica de la encarnación de Cristo y como su muerte, resurrección y exaltación es la base para nuestra transformación personal y para nuestra unidad en Cristo. Solo a través del poder de su resurrección podemos vivir la vida cristiana como iglesia (3:10)
La traducción literal del versículo 5 es,
“Piensen esto en ustedes
Que también en Cristo Jesús”
Es muy similar a la traducción del capítulo 4 versículo 2 (Filipenses 4:2) donde Pablo invita a Evodia y a a Síntique a que "vivan en armonía en el Señor." Pablo les invita a pensar igual en el Señor. Esto implica que es el Señor que nos da el poder para vivir en armonía o con una misma manera de pensar en Cristo. Cuando Cristo es nuestro enfoque la unidad será posible en la iglesia. Cuando el enfoque somos nosotros o lo que queremos, habrá falta de unidad.
Los siguientes versículos con tres estrofas cortas que contienen tres oraciones, cada una de ellas enfocadas en Jesucristo nuestro Señor nos muestra el enfoque de la unidad en la iglesia no solo como hemos aprendido que debe ser en nuestra vida individual. Recordemos esto otra vez, que solo cuando vivimos estas verdades juntos como iglesia es que harán impacto al mundo.
A. Su existencia eterna v. 6
Juan 1:1 habla de la eternidad del Verbo, del Hijo de Dios. Él ha existido eternamente.
1. Dios Hijo Eterno, el modelo perfecto de la humanidad v. 6a
“el cual, siendo en forma de Dios”
En el original comienza, "En forma de Dios existía". Esto significa que Jesucristo existía en forma o apariencia de Dios. Si lo contrastamos con su humanidad podemos decir que Jesucristo no tenía forma humana antes de su encarnación. El tenía los atributos de Dios y compartía su esencia. (J.B. Lightfoot, citado en el comentario Pillar). Jesucristo tenía externamente los atributos de Dios antes de humanarse. (Heb. 1:3) La siguiente frase lo clarifica diciendo que era "igual a Dios" pero no quiere decir que NO son dos personas distintas. Esto tampoco quiere decir que Cristo dejó de ser Dios al humanarse. El fue 100% Dios y 100% hombre.
Se puede hacer una comparación y contraste aquí. Cristo y Adán son diferentes, el primero siendo el modelo perfecto de la humanidad. El segundo, el modelo humano imperfecto.
a. Cristo, existía en forma de Dios. Adán fue creado a la imagen de Dios
b. Cristo, no se aferró el ser igual a Dios. Adán fue tentado a ser como Dios.
c. Cristo tomó forma humana. Adán se hizo esclavo al pecado.
d. Cristo fue obediente hasta la cruz. Adán recibió muerte por su desobediencia.
- Adaptado del Comentario Pillar.
En otras palabras, "la humanidad es una copia del original divino". Cristo es el original divino y solo Él nos puede salvar y restaurarnos ante Dios. Recuerda esto. No podrás con tus esfuerzos acercarte a Dios, es solo por Jesucristo, el perfecto Adán por el cual puedes ser restaurado para tener una relación con Dios. ¡No hay nadie en este planeta, ni hay una religión que te ofrezca esta seguridad, solo Jesucristo!
2. Su decisión
“no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” v. 6b
Siendo Dios, no consideró el hecho de ser igual que Dios como algo que debería "aferrarse" o algo que debería retener y así no llevar a cabo el plan de redención. Nuestro Señor no fue egoísta sino que voluntariamente dejo su dignidad gloriosa (no su divinidad, Él nunca dejó de ser Dios) para hacerse humano y salvarnos. ¡Que Dios tan dadivoso!
Esto es lo contrario que hizo adán y es lo que nosotros hacemos muchas veces. Pero no nuestro Señor, el no necesitaba nada de nadie. Y aunque no tenía necesidad de tener alguna ambición mostró que como Dios Hijo podía desprenderse de su esplendor para redimirnos.
Podríamos decir en forma de aplicación, que la falta de unidad viene cuando nosotros no queremos "despojarnos" de nuestros deseos, y somos ego céntricos. Cuando queremos que todo gire alrededor de nosotros, porque pensamos que somos importantes o que lo merecemos. Pensamos que perderemos algo pero olvidamos que el reino de Dios opera contrario a la forma nuestra. Es cuando damos que recibimos. Es cuando morimos al yo que realmente vivimos. Es cuando nos despojamos de nuestro egoísmo que experimentamos la unidad.
B. Su encarnación y humillación vv. 7-8
1. Su encarnación v. 7
“sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”
a. Lo que significa "despojarse"
Cristo dejó su forma externa esplendorosa y gloriosa que tenía juntamente con el Padre y tomó (la palabra "tomando" enfatiza el acto de que se humanó) forma humana, forma de siervo (mirar Juan 13:3-5).
Otra manera de decirlo es que Cristo escondió su divinidad en su humanidad, haciéndose siervo. Su divinidad fue limitada por su humanidad, temporalmente. Su tiempo en la tierra fue dedicado a servir a otros tomando forma humana.
b. Fue hombre pero no solo hombre
Como hombre se identificó y experimentó lo que es ser un humano pero sin pecado y sin dejar de ser Dios. El perfecto humano, sin pecado, fue "hecho semejante a los hombres" y llegó para salvarnos. Este es uno de los más grandes misterios de Dios. No podemos explicar adecuadamente la manera en que Dios Hijo se humanó pero nunca dejó su divinidad.
2. Su humillación v. 8
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
a. Se humilló
Cristo, no solo "tomó" (v. 7) la forma de un ser humano y siervo sino que también estando en esta "forma" o condición se humilló. El no se encarnó para venir como rey. Tenía todo el derecho de venir como Rey y reinar. Tenía todo el derecho de no salvar a nadie. Tenía todo el derecho de reclamar lo que era suyo desde el comienzo. Pero no hizo esto.
El nació en un hogar humilde, en un lugar humilde y vivió humildemente. Pero esto no fue todo. El tomó forma de siervo. Marcos 10:45 nos dice que vino "no para ser servido sino para servir y dar su vida por el rescate de muchos." "Se despojo" de su gloria y se humilló al hacerse hombre. Pero no paró todo allí.
Dios ama al humilde (Salmo 138:6) y su Hijo demostró su humildad desde su encarnación hasta su muerte en la cruz. Cristo es la encarnación de la humildad que Dios ama en nosotros. Esta es la misma humildad que debe de haber en su Iglesia (Fil. 2:3).
b. Obedeció hasta la muerte vil
Nuestro Señor no solo se humilló con el hecho de humanarse y tomar forma de siervo sino que se "humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz."
Su obediencia no fue una obediencia parcial al plan de Dios sino una obediencia hasta la muerte.
Hebreos 5:18 dice "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia."
En el huerto de Getsemaní Jesús oró al Padre, "Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." Lucas 22:41-42
En Juan 4:34 nuestro Señor dijo: "Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra."
Su muerte fue el acto supremo de sacrificio, no solo para cumplir la voluntad de Dios, sino para rescatar a muchos de sus pecados (Marcos 10:45; Gál. 3:13). Su muerte en nuestro lugar nos muestra el amor supremo que considera el bienestar de otros (nuestro bienestar eterno) antes que el personal ("ser igual a Dios como forma de aferrarse").
"Este himno celebra la muerte de un esclavo en la cruz, porque, aunque él es el que existe en forma de Dios, está en la cruz por su propia decisión deliberada de despojarse de si mismo y humillarse a si mismo." - Comentario de Filipenses, Pillar Commentary
Es de esta manera que su Iglesia debe vivir. Debe vivir no considerando su beneficio personal sino el beneficio de todos de una manera desinteresada. Esto lleva a la unidad.
C. Su exaltación vv. 9-11
1. Exaltado por Dios con un nombre sobre todo nombre v. 9
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”
De este punto en adelante no miramos a Cristo ofreciéndose y humillándose sino que Dios Padre entra en la escena. Dios el Padre le exalta. Le exalta porque se ha humillado. Su humillación ha sido reconocida y terminada. Ahora Dios lo pone en alto, el puesto más alto que puede dársele. Además le da un nombre "que es sobre todo nombre".
Esta exaltación tiene dos actos universales. Dios le otorga toda la adoración y una confesión o sumisión de toda su creación.
2. Merecedor de adoración universal v. 10
“para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”
El himno sigue explicando cómo Jesús al cual Dios le ha dado un nombre sobre todo nombre. Este nombre no se ha mencionado todavía sino que Pablo lo está dejando para el clímax de este himno. Como el exaltado por Dios, Jesús merece adoración universal por toda su creación.
3. Merecedor de confesión (sumisión) como Señor v. 11
“y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Pablo hace una referencia a Isaías 45:23-24. Es claro en este pasaje del Antiguo Testamento que solo Dios merece adoración universal como Señor y que esta adoración corresponde a Jesús como el Hijo de Dios, segunda persona de la trinidad que debe ser adorado por todos como Jesús El Señor.
En el contexto de los Filipenses era muy claro, Pablo sabía que el culto al emperador como "señor" era aceptado y propagado. Se esperaba que como buenos ciudadanos romanos rindieran confesión y adoración al emperador. Se creía que los dioses habían otorgado este derecho al emperador. En oposición directa a esta creencia, Pablo les dice que Dios ha exaltado a Jesús como "Señor" de todos. A él no solo se doblará toda rodilla sino que toda lengua confesará que "Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
No hay nada semejante como lo que nuestro Señor hizo. En la literatura o en las religiones no hay nada semejante y si lo hay son imitaciones. ¿Qué dios se hace hombre para ser humillado y darse para salvar a aquellos que le han injuriado con sus pecados? ¿Qué dios resucita de los muertos después de haber sido matado por su propia creación? ¿Qué dios rescata su creación pecadora e ingrata que no merece nada más que la condenación eterna? ¿Qué dios es declarado Señor del universo, merecedor de toda adoración? ¿Qué dios nos ofrece parte de su reino glorioso por toda la eternidad?
Solo nuestro Dios y nuestro Señor Jesucristo. Si no has doblado tus rodillas para rendirte ante Él y declararle tu Señor, hoy es ese día. Pero tienes la opción de esperar el día del juicio donde le confesarás pero será muy tarde para ser rescatado de tus pecados. Nuestro Señor se despojó de mucho para salvarte, pero tu te quieres seguir aferrando a tu orgullo cuando deberías inmediatamente doblegarte a su Señorío. ¡Arrepiéntete hoy!
Hagamos inventario de nuestra iglesia y nuestras vidas en relación con la iglesia.
1. ¿Tenemos la motivación de la unidad, la consolación, el amor, un profundo afecto, y compasión unos por otros?
mismo sentir en lo que Dios nos ha llamado a hacer?
2. ¿Tenemos un mismo sentir en cuanto a nuestra meta como creyentes? ¿Demostramos el amor de Cristo? ¿Tenemos armonía en nuestro enfoque de ser y hacer discípulos?
3. ¿Hacemos las cosas no para auto exaltarnos, creernos más, para presumir o hacemos todo con humildad mirando a otros como valiosos mirando cómo podemos servirles y animarlos en Cristo?
4. ¿Como iglesia dependemos en Cristo nuestro Señor en toda nuestra vida incluyendo nuestro servicio por causa del evangelio? ¿Nos estamos sometiendo a Él en vez de seguir nuestros deseos?
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