Como seres humanos somos relacionales. No importa si nos consideramos extrovertidos o introvertidos. Todos necesitamos relacionarnos con otros. Es por esto que este tiempo ha sido difícil para muchos de nosotros. Pero relacionarse bien con otros cuesta. Toma esfuerzo, intencionalidad y estar dispuesto a cambiar. Como seguidores de Cristo cómo tratamos a otros es quizás aun más importante.
En los primeros seis versículos de este capítulo el Señor nos dio la advertencia de no juzgar a otros. No enseño cuando y cómo debemos corregir a nuestros hermanos en la fe.
Después de dar la advertencia negativa, nuestro Señor sigue enseñándonos a como relacionarnos con otros. Pero lo primero que nos enseña en el pasaje es como relacionarnos con nuestro Padre Dios en oración. ¿Porqué? Porque si hemos de vivir como hijos del Rey, como seguidores suyos necesitaremos su ayuda y le buscaremos en oración. Después de esto nos enseña como tratar a todos en general y finalmente nos enseña como evaluar a los que dicen ser maestros y profetas.
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