Featured Post

Tyler Morning Telegraph - Galdámez brings church planting, education experience to Grace Español

Here are two articles written by Emily Guevara ( Twitter: @TMTEmily)  on our background and on  Grace Español .   Tyler Morning Telegraph...

Wednesday, January 29, 2020

Mi Seguridad en el peligro, las amenazas y la oscuridad - Salmo 57

Escuchamos que vivimos en un mundo peligroso y es cierto. Puede que sea más peligroso que en los tiempos pasados. Peligros de guerra, de desastres naturales y catastróficos. La semana pasada visitábamos New Orleans y fuimos al museo del huracán Katrina. Fue devastador. Muchas personas fueron afectadas. Se han hecho arreglos para que el agua no les llegue más en caso de un huracán pero no hay garantía absoluta. No hay completa seguridad.
Esta semana también hemos oído de el virus corona que comenzó en la China y se diseminado en varios países. Esta pandemia está causando temor  e inseguridad en el mundo. ¿Cómo tener seguridad en un mundo como el nuestro?

Tenemos también peligros y amenazas de personas. No faltan también momentos de oscuridad cuando estamos en situaciones difíciles, deprimentes, sin respuesta buscamos seguridad. La seguridad es lo más básico en la vida nuestra.

Este es el tema del Salmo 57. Este salmo es una plegaria a Dios pidiendo seguridad en medio del peligro, las amenazas y los tiempos de oscuridad en nuestras vidas. (“No destruyas” es posiblemente la nota musical con el tema de que Dios no permita que sea destruido cf. Is.65:8) El contexto es cuando David estaba siendo perseguido por Saúl, el rey, su suegro para matarlo. En 1 Samuel 22:1 encontramos que David huyó y se escondió en la cueva de Adulam. Uno de los lugares en los que se escondió de Saúl.

David no era dramático ni exagerado. Su peligro era real. En 1 Samuel 23:14 dice que Saúl lo buscaba “todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.” Saúl lo persiguió por un periodo de siete a doce años. David aunque sentía que estaba a un paso de la muerte (1 Sam. 20:3) tenía seguridad.

La seguridad de David no venía de su propia habilidad (tenía mucha habilidad como soldado y tuvo la oportunidad en dos veces de matar a Saúl y no lo hizo), ni en sus soldados, ni en nadie más. La seguridad de David venía de su Dios.

Este salmo nos instruye a cómo encontrar seguridad en el Señor en esos momentos de peligros, amenazas y de oscuridad. Esos momentos en que parece que todo está en contra de nosotros.
Algunos de esos peligros y amenazas son:
- Ambientales: las catástrofes
- Económicos: falta de fondos, deudas, el amor al dinero
- Relaciones: abuso, crítica, ataques, malas relaciones
- Vicios y malos hábitos
- Familiares: relaciones disfuncionales
- Emocionales: depresión, amargura, rencor, odio
- Físicos: enfermedades, limitaciones
- Espirituales: ataques de Satanás, apatía espiritual, vivir de acuerdo al mundo.

En todos estos podemos encontrar seguridad en nuestro Dios. Pero debemos seguir lo que nos ha dado en su Palabra. Este Salmo nos ofrece un antídoto.




Tuesday, January 21, 2020

Confesión y Arrepentimiento - Salmo 51 - Cuarta Parte

Según el Salmo 51, la confesión y el arrepentimiento trae resultados vv. 13-17

1. Testimonio efectivo v. 13
“Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.

Solo un pecador perdonado puede ser efectivo en mostrar a otro pecador el camino a Dios. El testimonio es efectivo y hace que el pecador se arrepienta y vuelva al Señor.

No puedes hablarle a alguien y decirle que se ponga a cuenta con Dios cuando tu lo has hecho.

2. Alabanza a Dios vv. 14-15
“Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.”

David ruega “oh Dios, Dios de mi salvación” que no le permita cometer el pecado de homicidio. Lo paralelo para nosotros es orar, “No me metas en tentación sino líbrame del mal”.

Además le ruega al “Señor” (Adonaí) de su vida que abra sus labios para alabarle. Su pecado le había impedido “publicar”, expresar abiertamente su alabanza, pero ahora que ha sido perdonado lo puede hacer.

Cuando confiesas y te arrepientes de tus pecados podrás alabar a Dios libremente. Debes depender de Él diariamente para no pecar.

3. Adoración verdadera a Dios vv. 16-17

1. Lo que no es adoración (lo que Dios no quiere) v. 16
“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.”

Los sacrificios que este versículo menciona son los sacrificios de paz y de consagración. Pero esto es no es posible cuando hay pecado no confesado ni arrepentimiento.

La adoración externa, que no es una expresión de un corazón que ha confesado su pecado no es lo que Dios quiere. Dios no quiere ritualismo o religión externa con un corazón que acapara el pecado. Dios quiere nuestra vida.

2. Lo que es adoración (lo que Dios quiere) v. 17
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”

Dios desea que le adoremos en espíritu en verdad. Mientras vives sin confesar y arrepentirte de tu pecado no puedes adorarle ni tener comunión con Él. Debes quebrantarte delante de Dios. Esto le agrada. Dios no rechaza al corazón echo pedazos y humillado por sus pecados.

¿Porqué? porque Dios es santo y su santidad requiere que reconozcamos nuestro pecado. La persona humilde y quebrantada reconoce la santidad, la soberanía y la grandeza de Dios. Dios tiene comunión con este tipo de persona:

“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” Isaías 57:15

El último resultado de la confesión y arrepentimiento es:

4. Intercesión por otros vv. 18-19

“Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.”

Solamente cuando hemos sido restaurados por medio de la confesión y arrepentimiento que podemos interceder por otros, rogar a Dios por otros.

Hay dos preguntas que debemos contestar basado en el estudio sobre el salmo 51

¿Cómo respondes a tus pecados? 

Quizás eres creyente y entiendes que debes pedir perdón a Dios cuando pecas. Aplicas la promesa de 1 Juan 1:9. Quizás vives una vida indiferente y carnal y no respondes al pecado como debes. Quizás lo haces porque no crees que cometes pecados grandes como el de David. Pero TODO pecado es una traición en contra de Dios. Gálatas 5:16-21  nos da una lista de obras de la carne que son pecado. Algunos son muy “pequeños” que nosotros llamamos “debilidades” pero son pecado y necesitamos confesarles y arrepentirnos.

Puede que hallan pecados que exteriormente son más dañinos. Dios te manda a arrepentirte. Tu vida necesita ser restaurada como la de David.

Si no haz dado tu vida a Cristo para que te perdone, limpie y transforme, debes hacerlo. Si no reconoces tu pecado de vivir a tu manera y te arrepientes, no podrás tener su perdón. No se puede adquirir de ninguna manera humana.

¿Vives con la realización de eres una persona pecadora y necesitas ser limpio?

Realizar que naciste en pecado es importante y entender que el pecado está arraigado en ti debe llevarte a vivir una vida en dependencia en el Señor. No debes darte el lujo de ser laxo a tus malos deseos. Debes buscar la verdad y sabiduría de Dios.

Plegaria de Confesión basada en el Salmo 51
Oh Dios:
Gracias por tu misericordia y tu piedad para conmigo.
Gracias por borrar mis rebeliones en contra de ti a través de Cristo.
Gracias que la sangre de Cristo me limpia de todas mis maldades.

Reconozco oh Señor:
Como mis rebeliones te ofenden personalmente
Como mi pecado no me deja acercarme a ti
Como tu eres justo y puro en tu juicio hacia mi pecado
Como mi pecado está arraigado en mi aun desde mi concepción
Como tu amas la verdad en lo íntimo y me haces entender tu manera superior de vivir

Por favor Dios mio:
Purifícame completamente para ser limpio
Arranca mis pecados de mi para que se blanco como la nieve

Hazme
Poder oír verdaderamente el gozo y la alegría tuya
Restaura mi vida física que ha sido afectada por mi pecado
Acércame a ti a través de la sangre de Cristo
No veas mis pecados sino a Cristo en mi

Crea en mí, oh Dios
Un interior completamente limpio
Un espíritu fiel a ti
No me deseches de tu presencia
No quites al Espíritu Santo guiador de mi vida
Renueva el gozo de que soy salvo en Cristo
Y tu Espíritu noble y bueno me siga guiando

Señor ahora que he confesado mi pecado
Y me has perdonado
Puedo mostrar a otros pecadores como yo tu camino
Pero no me permitas ser arrogante sino líbrame del mal
Señor quiero cantar de lo justo de eres
Quiero publicar con mi boca tu alabanza
Quiero adorarte verdaderamente, no con sacrificios superficiales
Quiero adorarte rindiendo mi vida humildemente ante ti
Entonces podré pedirte por otros necesitados como yo
Y aceptarás lo que hago con sacrifico para ti
Por Cristo mi Redentor, Amén

Confesión y Arrepentimiento - Tercera parte

David en el Salmo 51 ruega que Dios le perdone por su misericordia y bondad, confiesa su pecado y también ora pidiendo restauración vv. 8-12

El pecado afecta nuestra vida. Cuando son pecados externos, especialmente morales y sexuales traen consecuencias que Dios no va ha hacer desaparecer. David experimentó consecuencias temporales y permanentes. Su hijo murió y sufrió el castigo de Dios en el cual siempre tuvo guerra con alguien y especialmente con su hijo Absalón.

Pero el pecado afecta también la vida moral. Hace un desastre en nuestra moralidad ya que toca nuestra conciencia, nuestras emociones y abre la puerta a tentaciones que jamás serán evitadas.

Además el pecado afecta la vida espiritual. Esta es la más importante ya que cuando creemos en Cristo ya no vivimos según nuestros malos deseos sino según el Espíritu de Dios. El pecado interrumpe nuestra relación con Dios. Solo puede ser restaurada cuando hay confesión y arrepentimiento.

Hay seis maneras en que somos restaurados por Dios. Esto no proviene de nosotros.

1. Gozo y alegría v. 8
“Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.”

a. El pecado afecta la vida emocional. 
“Hazme oír gozo y alegría”

David perdió su gozo y alegría. El pecado lo hizo sordo al gozo y la alegría. ¿Cómo podría participar libremente en la adoración de Dios? no podía hacerlo. El pide que Dios le restaure y pueda oír gozo y alegría otra vez.

Debemos entender que nuestro pecado afectará nuestra vida de adoración con otros. En la casa es fácil evitarlo pero al reunirnos con otros creyentes lo haremos en público, podemos fingir pero no habrá gozo y alegría verdadera. En algunos de ustedes es obvio cuando no hay alegría y gozo y quizás es porque no estás bien con el Señor.

Si eres creyente, y estás caminando rectamente con el Señor, tendrás gozo y alegría que será evidente. Te sentirás parte de la comunidad de creyentes cada vez que participas.

b. El pecado afecta el cuerpo y la mente de la persona. 
“Y se recrearán los huesos que has abatido”

El hecho que David no confesó su pecado ni se arrepintió le afecto también su cuerpo y su mente (psicosomático). Mirar el salmo 32:3-4. Psalm 32:3-4. Hay personas que debido al pecado están deprimidas, ansiosas, enojados e insatisfechas y esto afecta el cuerpo físico. La confesión y el arrepentimiento hace que los huesos se recreen o que se regocijen o bailen.

2. Perdón y aceptación v. 9
“Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.”

Esconder el rostro es una manera figurada de decir que Dios le perdone y le acepte de nuevo. David reitera ser perdonado como lo hizo en el versículo 1 y pide que sus maldades, sus pecados sean eliminados completamente.

3. Mente, voluntad y deseos limpios v. 10a
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”

El corazón para los judíos es la mente de donde surgen los deseos y se llevan a cabo las decisiones.  Es el área volitiva.

David pide que Dios cree, forme, restaure su mente y voluntad de tal manera que pueda ser limpio de su pecado y pueda volver ha hacer la voluntad de Dios con un pureza.

La idea que viene a mi mente es como cuando hacemos “reboot” o reiniciamos la computadora. Esto hace que todo comience de nuevo de una manera limpia. Roguemos que Dios nos reinicie en nuestra manera de pensar, en nuestros deseos y voluntad.

Que nos de su mente y sus deseos para hacer su voluntad.

4. Espíritu determinado v. 10b
“Y renueva un espíritu recto dentro de mí.”

David pide que su espíritu sea restaurado. Un espíritu determinado a seguir fiel al Señor que no caiga en pecado. Un espíritu que persevera hasta el fin. Un espíritu determinado nos ayudará a servir fielmente al Señor.

Espero que esta sea tu oración. Es mi oración.

5. Comunión con Dios (Espíritu Santo) v. 11
“No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.”

David no quiere ser desechado como Saúl fue desechado por Dios. El quiere tener comunión con Él. La presencia y llenura del Espíritu Santo (cf. Isa. 63:10, 11) hace posible tener comunión con Dios. Sin el Espíritu Santo no hay comunión con Dios. El creyente hoy día no debe tener perdón de perder el Espíritu Santo ya que mora permanentemente no como en el Antiguo Testamento.

Podemos entristecer (Efe. 4:30) o apagar al Espíritu (1 Tes. 5:19) pero nunca lo perderemos. Al confesar nuestros pecados somos restaurados a la comunión con Dios. El Espíritu Santo asume su rol de Consolador, Guiador, y caminamos (Gál. 5:16) en dominados o llenos por Él y producimos su fruto (Gál. 5:22).

Debemos rogar al Señor que nos mantenga en comunión con Él a través del Espíritu Santo. Que podamos ser obedientes a Él para no entristecerle o apagarle.

6. Gozo de la salvación v. 12
“Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.”

David pide que Dios devuelva el gozo de su salvación. La confesión y el arrepentimiento restaura el gozo de nuestra relación con nuestro Dios y Salvador Jesucristo.

El gozo de la salvación se experimenta de una manera muy especial cuando conocemos a Cristo. Todos Uds. que son creyentes entienden esto. Hay gozo inexplicable cuando uno conoce a Cristo. A medida que vamos creciendo en el Señor nuestra madurez espiritual se mide por un gozo estable y profundo. El pecado no confesado y la falta de arrepentimiento nos hace perder ese gozo. Todo se vuelve apático y aburrido. Nos volvemos en religiosos. Dirigimos nosotros nuestra vida y no el Espíritu Santo. La confesión y el arrepentimiento nos restaura el gozo de la salvación, el gozo de conocer a nuestro Salvador. Además, el Espíritu noble o generoso de Dios nos vuelve a guiar. Él no lo puede hacer si no le dejamos.

Quizás este año debemos dedicar tiempo en confesión y arrepentimiento para que Dios nos vuelva el gozo de la salvación y su Espíritu nos dirija.

David ruego por el perdón de Dios, confiesa su pecado, pide restauración de su gozo y alegría, pide perdón y aceptación, pide mente, voluntad y deseos limpios, espíritu determinado, comunión con Dios y renovación del gozo de su salvación.
Esto trae resultados. En la siguiente parte lo aprenderemos.

Confesión y Arrepentimiento - Cuarta parte



Confesión y Arrepentimiento - Segunda parte

En la primera parte hablamos que el Salmo 51 nos enseña que cuando pecamos debemos pedir perdón apelando a la piedad y bondad de Dios.
Pero esto es solo el comienzo.

Debemos también confesar nuestro pecado a Dios vv. 3-7

Hay cinco pasos en el proceso de la confesión.

1. Reconocer el pecado en tu vida v. 3

a. El pecado es rebelión en contra de Dios v. 3a
“Porque yo reconozco mis rebeliones”

El primer paso hacia la confesión es reconocer el pecado en nuestra vida. El pecado es rebelión (rehusar obediencia) contra Dios.  Debemos entender que somos pecadores y reconocerlo. Creo que todos sabemos las áreas donde somos propensos a caer, pero muchas veces no reconocemos que estas rebeliones son en contra de Dios. Cuando escogemos pecar, estamos rebelándonos en contra de Dios. Estamos diciéndole que no deseamos estar de acuerdo con Él en lo que considera malo.

b. El pecado se arraiga en nuestra conciencia cuando no hay arrepentimiento v. 3b
“Y mi pecado está siempre delante de mí.”

David, a pesar que estuvo un año sin arrepentirse, sabía que su pecado esta siempre delante de él. No podía esconderlo delante de Dios. Lo que hizo, lo hizo con mucha “privacidad” ante otros, pero no ante Dios.  Todo pecado nuestro es hecho delante de Dios.

NO podemos huir de Dios cuando pecamos. Nuestro pecado siempre estará delante de Dios.

Debemos de entender que para recibir el perdón de Dios debemos reconocer que el pecado en nuestra vida es rebelión en contra de Dios. Debemos también:

2. Reconocer que la afrenta es contra Dios v. 4

a. El pecado (errar al blanco) es contra Dios v. 4a

“Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos”

El mundo con su relativismo hoy día diría que esto que hizo David es malo porque ofendió e hizo daño al prójimo. Pero para el creyente esto no es suficiente. El pecado es una afrenta directa a Dios porque no hemos obedecido su Palabra.
David reconoce que su pecado es una traición en contra de Dios. El ha hecho lo malo delante de los ojos de Dios al no obedecerle. Debemos nosotros mirar el pecado así. El pecado es fallarle a Dios.

El Dios que nos ha salvado es santo y a través de Cristo nos ha santificado. Debemos de vivir de una manera santa como Él es santo. Cuando pecamos delante de sus ojos, y esto es literalmente. Es directamente en contra de Él que nos está viendo.

Cuando reconocemos que el pecado nuestro es  afrenta en contra de Dios declaramos que:

b. Dios es justo v. 4b

“Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.”

Dios no nos para de pecar ni nosotros podemos pedirle que nos pare. Nosotros cuando pecamos nos damos cuenta de que el pecado no inculpa a Dios sino que reconoce que es nuestra culpa. Nosotros hemos fallado porque no reconocemos o entendemos lo justo y lo puro que es Dios. Si entendiéramos que Dios es “justo en su palabra” y que su juicio es puro, no pecaríamos.

El pecado nos muestra que Dios es justo y nosotros somos pecadores que necesitamos su perdón.

Al confesar debemos reconocer nuestro pecado, que es rebelión y una afrenta delante de Dios pero también:

3. Realizar el origen de tu pecado v. 5

“He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.”

David no solo reconoce el pecado en su vida y reconoce que es una afrenta en contra de Dios sino que realiza algo muy importante.

“He aquí” es una expresión de asombro. David realiza de donde proviene su pecado.

El pecado es innato.
El fue concebido (era humano) y nació en pecado. En al teología se llama esto la “depravación total del hombre”. Esto quiere decir que somos concebidos (somos humanos en la concepción) y nacemos con la inclinación o tendencia para pecar porque somos el producto de un hombre y una mujer pecadores. No nacemos inocentes, nacemos pecadores. No tenemos que enseñarles a nuestros hijos a ser malos, ya vienen contaminados por el pecado.

Es importante reconocer esta verdad porque nos hace ver que necesitamos a Cristo para que nos salve de nuestros pecados. Necesitamos que el nos perdone, nos limpie, nos transforme y nos de una naturaleza nueva. Esto es lo que sucede cuando creemos en Cristo como nuestro Señor y Salvador.

Si tu está tratando de ser bueno por tus medios, no lo lograrás. Solo Cristo puede transformarte interiormente.

En nuestra confesión debemos también:

4. Expresar la verdad de Dios y entender la sabiduría de Dios v. 6

David expresa asombro de su pecado innato sino que se asombra que este pecado está en oposición a Dios. Por dos razones:

1. Dios se deleita en la verdad v. 6a
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo”

Dios se deleita en la verdad en medio de lo que ha sido oculto. En otras palabras, Dios se deleita en lo que revela su verdad a pesar de lo oculto (el misterio de el pecado innato o el pecado oculto) o en lo íntimo de nuestro corazón. El quiere que entendamos su verdad en nuestros corazones.

2. La verdad de Dios lleva a buenas decisiones (sabiduría) v. 6b
“Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.”

Dios ha enseñado a David (en lo escondido de su pecaminosidad) su verdad que le lleva a vivir una vida sabia con buenas decisiones.

Nuestra confesión debe incluir nuestra expresión de la verdad de Dios y cómo nos ha hecho ver que su sabiduría es superior a una vida en pecado. La sabiduría de Dios nos ayudará a evitar pecar contra Dios. Es una protección para nosotros.

El último paso en la confesión es,

5. Entender que solo Dios puede limpiarte completamente de tu pecado v. 7

“Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.”

En el Antiguo Testamento cuando alguien quería ser purificado habiendo cumplido los requisitos, el sacerdote tomaba ramas de hisopo las cuales metía en agua y las rociaba sobre la persona. Esto era símbolo de la pureza.

David pide que Dios sea el que directamente le limpie completamente (más blanco que la nieve) de su pecado. Aquí podemos ver que anticipa la venida de Cristo el cual a través del sacrificio en la cruz nos limpiaría y lavaría de nuestros pecados.

David ruega que Dios le perdone por su misericordia y bondad, confiesa su pecado y hace algo más. De esto se trata la siguiente parte.

Confesión y Arrepentimiento - Tercera parte


Confesión y Arrepentimiento - Primera parte

Hay una palabra que a desaparecido en nuestra cultura y que muy poco se habla aun en el ámbito cristiano. Pecado. En nuestro mundo el pecado no existe, todo es relativo.  Y lo que es malo no es necesariamente pecado. Si no existe pecado, no hay nada de que arrepentirse.

El pecado para el cristiano es primordialmente ofensa en contra de Dios. La biblia enseña que debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Sin embargo no es un tema muy popular pero es indispensable si queremos vivir de una manera que agrada a Dios.

La biblia es un libro que presenta a los hombres y mujeres de fe de una manera real, con sus virtudes y defectos, con sus éxitos y fracasos. Nos muestra a hombres y mujeres que pecaron en contra de Dios.

El Salmo 51 de esta mañana presenta dos aspectos, uno negativo y otro positivo en cuanto al pecado. Presenta lo horrible que es el pecado delante de Dios, y porque debemos evitarlo. A la vez nos muestra que cuando pecamos y arrepentirnos Dios nos restaura (hace "reset") la salud espiritual.

El contexto se encuentra en 2 Samuel 11; 12 Es un capítulo triste y decepcionante, especialmente en lo que Dios dice acerca de ello. Son palabras que ninguno de nosotros quiere escuchar.

David siendo rey se aprovecha de una mujer casada llamada Betsabé. Esta mujer queda en cinta y cuando es informado de esto, David arregla para que su esposo Urías, un hombre fiel soldado del rey, sea matado en guerra para el quedarse con ella como esposo. Las siguientes palabras describen el punto de vista de Dios en cuanto a esto:

 “Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.” 2 Samuel 11:27

Esto es lo que pecado es delante de Dios.

Después de esto David no confiesa ni se arrepiente de su pecado sino que lo oculta por un año. Es hasta que Dios manda al profeta Natán a confrontarlo. Las palabras de Dios por medio del profeta David son penetrantes y tristes:

2 Samuel 12:9-12

9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.
12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

David pudo haberse justificado en ese momento. Pudo haber ignorado al profeta ya que el era el rey. Pero no lo hace. David dice:
“Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.” v. 13

Tres palabras: "Pequé contra Jehová"

El profeta Natán le dice:
“Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” vv. 13b-14

El profeta le dice que habrá consecuencias por su pecado. Siembre habrá consecuencias de cualquier pecado que cometamos. Dios nos perdona pero no las quita. Debemos aprender a no pecar.

David no dice mucho en 2 Samuel pero escribe un Salmo. Este salmo es uno de los siete que les llama “penitenciales” (Salmos 6, 32, 38, 51, 102, 130, 143) porque expresan confesión y arrepentimiento de pecados. La palabras de instrucción del salmo 51 dicen que es un salmo de David “cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.”

La mayoría de nosotros no quisiera un canto con nuestro nombre y el pecado cometido. David, el autor de este salmo, el hombre como el corazón de Dios, era un hombre transparente y nos enseña de este trágico fracaso de él que le costó mucho.

Nos enseña qué debemos hacer cuando caemos en pecado (grandes o pequeños) y los resultados de la confesión y el arrepentimiento.

 David comienza rogando por la misericordia y la compasión de Dios vv. 1-2

1. Es por su misericordia que Dios que podemos venir ante Dios para pedir perdón v. 1a

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia”

David comienza no demando nada, pues no puede hacerlo. Comienza implorando a Dios como uno que clama, que pide clemencia: “ten piedad de mi…” 

No solamente lo hace rogando como uno que no merece nada sino que también apela a la “misericordia” de Dios. Esta palabra de que ya hemos hablado antes “jesed” es el amor de pacto, amor infalible de Dios hacia sus hijos. Es por este amor que Dios nos perdona nuestros pecados.
Es por su amor que no hemos sido consumidos, sino que su amor es nuevo cada mañana.

Así debemos comenzar nuestra confesión, rogando la misericordia y compasión de Dios.
¿Porqué?

2. Porque es por su compasión que Dios puede borrar y limpiar tus pecados vv. 1b-2

“Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado."

David apela a la compasión (la emoción, el sentir que viene de las entrañas) de Dios. Dios es abundante en sus piedades. Él no es como nosotros. Él sabe que somos polvo.

Es por su compasión que el “borra” nuestras “rebeliones” (desobediencia a Dios)  y nuestras maldades (lo que es errado).

Borrar quiere decir “eliminar vigorosamente” (el la militar se usa cuando algo es destruido completamente). Este borrar es permanente. En el termino de computación se usan ceros para borrar algo completamente pero no lo hace nuevo. Cuando Dios borra nuestros pecados no quedan rastros.

Todo pecado es rebelión en contra de Dios. Dios nos borra estas rebeliones cuando confesamos y nos arrepentimos de nuestros pecados. Es por su piedad que nos perdona.

Recordemos que como creyentes, nuestros pecados han sido borrados cuando creímos en Cristo. Le costó su vida a nuestro Señor. Él sufrió el castigo del pecado para darnos salvación y cuando pecamos estamos afrentando su sacrificio. Debemos arrepentirnos.

Este salmos está escrito a creyentes que han pecado pero si tu hoy no haz reconocido a Cristo como el sacrificio que pagó por tus pecados, y no te haz arrepentido, debes hacerlo hoy. Ese es tu pecado primordial que necesita ser confesado hoy.

Dios no solo nos borra nuestros pecados sino que nos lava como ropa que se lava. David se considera un trapo sucio que necesita ser limpiado por Dios. El mejor jabón para lavar nuestra suciedad es la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:9 El resultado es un limpieza completa.

Debe de haber un segundo paso.

Confesión y Arrepentimiento - Segunda parte


Conversando con Henry y Helena sobre la confesión y arrepentimiento

En esta conversación hablamos sobre la confesión y el arrepentimiento basado en el Salmo 51. El sermón sobre este tema se encuentra aquí.



Monday, January 20, 2020

Plegaria de Arrepentimiento - Salmo 51

El pecado para el cristiano es primordialmente ofensa en contra de Dios. La biblia enseña que debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Sin embargo no es un tema muy popular pero es indispensable si queremos vivir de una manera que agrada a Dios.

La biblia es un libro que presenta a los hombres y mujeres de fe de una manera real, con sus virtudes y defectos, con sus éxitos y fracasos. Nos muestra a hombres y mujeres que pecaron en contra de Dios. 

El salmo 51 de esta mañana presenta dos aspectos, uno negativo y otro positivo en cuanto al pecado. Presenta lo horrible que es el pecado delante de Dios, y porque debemos evitarlo. A la vez nos muestra que cuando pecamos y arrepentirnos Dios nos restaura (hace reset) la salud espiritual.

El contexto se encuentra en 2 Samuel 11; 12 Es un capítulo triste y decepcionante, especialmente en lo que Dios dice acerca de ello. Son palabras que ninguno de nosotros quiere escuchar.
David siendo rey se aprovecha de una mujer casada llamada Betsabé. Esta mujer queda en cinta y cuando es informado de esto, David arregla para que su esposo Urías, un hombre fiel soldado del rey, sea matado en guerra para el quedarse con ella como esposo. Las siguientes palabras describen el punto de vista de Dios en cuanto a esto:

 “Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.” 2 Samuel 11:27

Esto es lo que pecado es delante de Dios.

Después de esto David no confiesa ni se arrepiente de su pecado sino que lo oculta por un año. Es hasta que Dios manda al profeta Natán a confrontarlo. Las palabras de Dios por medio del profeta David son penetrantes y tristes:

2 Samuel 12:9-12

9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.
12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

David pudo haberse justificado en ese momento. Pudo haber ignorado al profeta ya que el era e rey. Pero no lo hace. David dice:
“Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.” v. 13

Tres palabras.

El profeta Natán le dice:
“Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” vv. 13b-14

El profeta le dice que habrá consecuencias por su pecado. Siembre habrá consecuencias de cualquier pecado que cometamos. Dios nos perdona pero no las quita. Debemos aprender a no pecar.

David no dice mucho en 2 Samuel pero escribe un Salmo. Este salmo es uno de los siete que les llama “penitenciales” (Salmos 6, 32, 38, 51, 102, 130, 143) porque expresan confesión y arrepentimiento de pecados. La palabras de instrucción del salmo 51 dicen que es un salmo de David “cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.”  La mayoría de nosotros no quisiera un canto con nuestro nombre y el pecado cometido. David, el autor de este salmo, el hombre como el corazón de Dios, era un hombre transparente y nos enseña de este trágico fracaso de él que le costó mucho.

Nos enseña qué debemos hacer cuando caemos en pecado (grandes o pequeños) y los resultados de la confesión y el arrepentimiento.






Friday, January 17, 2020

¿Quién te recordará?



Mi abuelo materno fue Genaro Galdámez. No sé nada de él, excepto por lo que puedo ver en una imagen que adquirí. Mi mamá me contó muy poco sobre él. Cuando nací ya no estaba vivo. Mi abuela materna era Estebana Zamora. Tengo muy pocos recuerdos de ella pero nada sustancial. Tengo un par de fotos de ella. Desde el lado paterno conocí a mi abuela Concha, como la llamaban. La conocía muy poco también. No tengo idea de quién fue mi abuelo paterno.

El ciclo de la vida nos dice que en unas pocas generaciones seremos olvidados. A menos que seamos una persona famosa con un memorial, o un escritor, o que seamos una figura importante, se recordará muy poco sobre nosotros y finalmente seremos olvidados. Seremos olvidados de la tierra de los vivos. 
Mi niña de casi diez años la menor de nuestra familia probablemente se casará y tendrá hijos. Si Dios quiere, podré conocer a sus hijos, pero dos generaciones después seré olvidado. Mis diarios escritos y otros escritos (incluyendo este) significarán muy poco para ellos. Tal vez esto para ti es solo un hecho de la vida, pero en el fondo de todos anhelamos ser recordados e incluso apreciados. Pero tal vez no, pero esto no cambia la realidad.

Mientras pensaba en esto, me pregunté: "¿Qué me importará si no voy a estar aquí?" Cierto. Pero todos queremos algo que nos de esperanza. Me debe afectar a cómo debo vivir.

¿Cómo debería afectarme esto ahora?

1. Vivir sabiamente
El salmista en el Salmo 90 habla del tema de la brevedad de la vida a la luz de la eternidad de Dios. Al finalizar el Salmo, escribe:

"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría." (v. 12)
x


Nuestra vida debe ser vivida teniendo en cuenta lo corto que es en este planeta. Es por esto que debemos vivir con las prioridades de Dios. Mateo 6:33 Más adelante describo las dos más importantes.

2. Usar bien nuestro tiempo
Pablo en Efesios 5:15-17:
"Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor."
Estos versículos amplían lo que el salmista dice en el Salmo 90. Debemos vivir sabiamente aprovechando el tiempo. Debemos tener mucho cuidado de como estamos viviendo ya que los tiempos son malos y como hijos de Dios debemos vivir sabiamente entendiendo la voluntad de Dios para nuestra vida.

Lo que hago AHORA importa AHORA. Hoy debo vivir sabiamente. Parte del futuro que nos espera es cuando le demos cuenta a Dios de nuestra vida. Esto me debe llevar a vivir con las prioridades correctas.

3. Vivo para amar a Dios y amar al prójimo.

La ética cristiana me enseña que mi vida debe estar centrada en el otro más que en el egocentrismo. Pero esto solo es posible gracias a Cristo en mí. Cuando Cristo salvó mi vida para que yo viva su vida.  
"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1:21).

Vivo para amar a Dios en Cristo. Vivo para amar a otros en Cristo. Su amor me impulsa y motiva. Morir es ganancia porque viviré con Cristo por toda la eternidad.

3. Vivo para cumplir el propósito de Dios para mi vida.
El salmo 138:8 dice: "El SEÑOR cumplirá su propósito en mí"

Cada uno de nosotros tiene que cumplir el propósito específico en el tiempo específico por el cual fuimos creados por Dios. 

Mientras pensaba en todo esto, me di cuenta de lo transitorias que son nuestras vidas. Estoy a punto de cumplir cincuenta años y mi mortalidad es más real día a día. La escritura es clara en que todos hemos sido designados un día para morir. (Hebreos 9:27). Luego viene la eternidad. La Biblia es clara en que los que han confiado en Cristo como Señor y Salvador nunca morirán. (Juan 11:25) Estarán con él para siempre. Seremos conocidos por Él y lo conoceremos para siempre. 

Nuestra historia continuará con él. Siempre. Me consuela esto. 

Hay algo más que ayuda a mi desesperanza. Incluso ahora, mientras escribo estas cosas, recuerdo el hecho de que Dios no me olvida. Puedo olvidarlo, pero él no. Él me conocía antes de que el mundo comenzara. Me eligió para ser su hijo para siempre. (Ef. 1: 4-5) Él me conoce perfectamente, incluido mi futuro con Él, que también incluye a muchos otros que son parte de Su familia. Se acuerda de mí... No hay punto final.

Dios no puede olvidarse de ti.

"Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti." Isaías 49:14-15
10px;">

Mis abuelos sentados a la derecha. La única foto que tengo de ambos juntos.

El último cumpleaños de mi mamá a los 87 años.

Wednesday, January 15, 2020

Who will Remember You?

My maternal grandfather was Genaro Galdámez. I don’t know anything about him except from what I can see from a picture I acquired. My mom told me very little about him. By the time I was born he was no longer alive. My maternal grandmother was Estebana Zamora. I have very few memories of her but nothing substantial. I have a couple of pictures of her. From my paternal side I knew my grandmother Concha, as they called her. I knew her very little as well. I have no idea who was my paternal grandfather.

The cycle of life tells us that most of will not be remembered in a few generations. Unless we are a famous person with a memorial, or a writer, or become an important figure, very little will be remembered about us and we will be eventually forgotten. We will be forgotten from the land of the living. I will be forgotten. My little girl who is almost ten and the youngest in our family will probably get married and have kids. God willing, I may know her kids but two generations later I will be forgotten. My written journals and other writings will mean very little to them. Maybe this to you is just a fact of life but deep within us we all long to be remembered and even cherished. But maybe not, but this doesn’t change reality.

As I was thinking about this I asked myself, “What will it matter to me if I wont’ be here?”  It won’t. As I was thinking about all of this it made me realize how transient our lives are. I am about to turn fifty years old and my mortality is more real day to day. Scripture is clear that all of us have been appointed a day to die. (Heb. 9:27). Then comes eternity. The Bible is clear that those who have trusted in Christ as Lord and Savior will never die. (John 11:25). They will be with him forever. We will be known by Him and we will know Him forever.  Our story will continue with Him. Forever. I am comforted by this. How should this affect me now?

What I do NOW matters NOW. Christian ethics teaches me that my life should be other-centered more than self-centered. But this is only possible because of Christ in me. His love compels me. It also matters because it matters to God and I will get to revisit with Him my time on this Planet in the future.

There is something else that helps my hopelessness. Even now as I write these things I am reminded of the fact that God doesn’t forget me. I may forget Him but he doesn’t. He knew me before the world began. He chose me to be his child forever. (Eph. 1:4-5) He knows me perfectly including my future with Him which also includes a bunch of others who are part of His family.  He remembers me... There is no period at the end.

“Zion said, ‘The Lord has abandoned me,the Lord has forgotten me.’ Can a woman forget her baby who nurses at her breast? Can she withhold compassion from the child she has borne? Even if mothers were to forget, I could never forget you!” Isaiah 49:14-15 (NET bible)


My maternal grandmother and grandfather on the front right.

My mom on her last birthday at 87.

Tuesday, January 14, 2020

Cuando eres Traicionado - Salmo 55

David inicia este salmo expresando con mucho sentimiento y emoción, en contra de la traición en su vida, con una posición derrotada, cansada y con un corazón abatido; muestra a un hombre resignado a vivir buscando la manera de resolver sus conflictos. 
Miremos en este salmo 55 diferentes reacciones de este varón de Dios.



Fructifero

Meditación, Aplicación, y Oración
Génesis 49:22-26

La bendición de Jacob sobre José le declara como una rama fructífera. Esta rama tiene sus raíces junto a la Fuente que le sustenta. Sus vástagos se extienden con ese fruto. Pero este fruto vino a pesar de las situaciones difíciles por las que pasó. El se mantuvo firme y “sus brazos se fortalecieron.”  Aunque tubo parte active en la manera que respondió su Fortaleza vino del Fuerte de Jacob. Dios el omnipotente le sostuvo. Jehová fue su pastor. Esa fue la razón de poder mantenerse fiel al Señor. El fue apartado de sus manos porque Dios le tenia un plan soberano para salvar al pueblo de Dios.
Dios le bendijo a José y Dios lo hizo fructífero personalmente, en su familia y en la tierra donde le puso. Todas sus bendiciones vinieron de arriba.

Oración:

Señor, deseo ser rama fructífera como José junto a la Fuente nutrida por tu presencia. Que mis ramas puedan extenderse con su fruto para que tu puedas ser glorificado en mi vida. Que pueda mantenerse firme y fuerte cuando los ataques, los problemas y situaciones de la vida vengan. Se tu el que sostenga mis manos, tu el Fuerte de Israel, la Roca de Israel, el Dios Omnipotente y mi buen Pastor.  Ruego que tu bendición repose sobre mi cabeza, sobre mi familia, sobre el lugar donde resido. Ayúdame a reconocer cada una de estas bendiciones para poder agradecerte y darte la Gloria. Apártame para ser tuyo y para cumplir tus propósitos y planes que tu haz preparado soberanamente de antemano para mí.  





Wednesday, January 08, 2020

Cómo Usar el Devocional

Este video muestra como usar nuestro libro devocional (de estudio).
Pueden descargar el devocional aquí.


Las páginas referidas aquí:






Monday, January 06, 2020

¡Atacado! ¿Qué hacer cuando eres atacado? Salmo 59

El salmo 59 tiene su trasfondo en 1 Samuel 19. Fue escritor por David siendo aun joven. Durante este tiempo Saul era rey de Israel. Luego de que David fue victorioso sobre Goliat, el rey Saul desarrolló un odio en contra de él: “Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.” (1 Sam. 18:9). El rey le ofreció a su hija Mical a David para poder atraparlo y se casó con ella. El rey tenía temor de David al mirar como el favor de Dios estaba con él y como su hija lo amaba. (1 Sam. 18:28-29).  Tanto odiaba a David que quiso matarlo en varias ocasiones (1 Sam. 18:11; 19:10-11).

Este salmo nos enseña sobre lo que debemos de entender cuando somos atacados injustamente. La mayoría no experimentaremos ataques con intención de matarnos, pero esto no quiere decir que no lo seremos en algún tiempo en nuestra vida como cristianos. Todo mundo experimenta ataques verbales, físicos, emocionales, y espirituales. La diferencia entre todo el mundo y nosotros es que tenemos a un Dios que es nuestro libertador y nuestro juez. El es quien está en control de nuestras vidas. Debemos clamar a él en esos momentos.